Conocí personalmente a Pablo Trillo- Figueroa, un gran aficionado, en uno de los actos que, convocados por la Federación taurina de Valladolid, acudimos a dilucidar como miembros del Jurado los premios que llevan el nombre del popular «Ansúrez», seudónimo con el que firmó hasta su muerte en Valladolid el escritor Félix Antonio González y en aquella mesa se habló de toros y de algunas de las vicisitudes con que hoy día se mueve la lidia, la gestión y las autorizaciones de festejos, regulados por la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León.
Su carácter afable, abierto, sincero y entregado a la actividad que tiene que desenvolver todos y cada uno de los días fue lo que más me agradó de este hombre que ha publicado diversos manuales de carácter docente, artículos de carácter profesional y trabajos de investigación sobre temas jurídicos y administrativos en publicaciones españolas y extranjeras siendo miembro colaborador de la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia de Valladolid.
Pablo Trillo- Figueroa, hermano de Federico Trillo, fue profesor de la Escuela Naval militar y de SAR el príncipe de Asturias, licenciado en Derecho y master de desarrollo directivo, ejerce en su despacho de la calle Duque de la Victoria su trabajo como Delegado territorial de la Junta, pero también pisando los pueblos y entrevistándose con sus regidores, recogiendo las demandas en las que se pide que se arreglen los problemas con estructuras de saneamiento de aguas, iglesias, travesías de carreteras e iniciativas industriales.
Una de sus pasiones más queridas son los toros. Gusta de ellos, los respeta, fomenta, protege y aplaude por entender que la Tauromaquia es uno de los vestigios más genuinos de la idiosincrasia española. Tal vez porque los de Cartagena son estupendos aficionados, cuyo interés han mamado desde niños allá en su casa familiar; por lo que no es extraño verle en una u otra plaza emocionándose también con los vuelos de un capote y el extraño tirabuzón de una muleta, mecida por la mano firme y huesuda del torero.
Conoce Pablo Trillo, y bien, los toros populares de la provincia de Valladolid. Sabe de sus festejos, fiestas, probadillas, encierros, cortes, espectáculos. Además de entender que los toros son un remedio importante que dan de vivir a muchas personas, generan riqueza y empleo, llegan hasta el sentimiento y la raíz más íntima de cuantos viven en el medio rural, es una formidable persona, serena y trabajadora que quiere conseguir lo mejor para esta actividad. Y en su mirada, sin doblez, me quedó el momento apacible de encontrarme con un hombre que sabe lo que está haciendo.
Mucha suerte en tu cometido, maestro.
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