Medidas de seguridad impuestas a la organización del festejo de Palma, pese a que en el ambiente taurino no hay rivales, ni peleas, ni bandos enfrentados, sino personas amorosas de su tradición genuina, hombres y mujeres llenos de esperanza y sentido común, solidaridad y respeto, hacen cada vez más patente el alejamiento del pueblo por parte de una minoría gobernante, condicionada y servil al que en lugar de servir se sirve de él, lo explota, lo conculca, lo presiona o se lo impone. Siempre hacia los mismos: Aquellos que callan, que son mayoría, que quieren ir libremente a un espectáculo legal y legalizado en su actividad ven cómo unas vociferantes minorías, radicalizadas y extremistas se lo quieren impedir, incluso desde parlamentos autónomos, desde Ayuntamientos o desde pueblos gobernados por déspotas soberbios, influenciados por la propaganda, la imagen tergiversada, la brega constante contra esa piedra, roca madre, de la libertad.
Anoche en Palma, lleno a reventar como se dice en el argot. Aforo completo, respuesta del público balear acudiendo tras comprar su entrada al anfiteatro torero y taurino del Coliseum de Palma de Mallorca y su aspecto pleno de afición e interés para ver la corrida programada de vuelta a la normalidad que quisieron cercenar algunos locos, parásitos del presupuesto. Y allí cuatro toreros, cuatro en el redondel: Morante; Juli; Manzanares y El Fandi lidiando ocho Juan Pedros, dejaron su impronta, su sello de valentía, de estar en la cara jugándose la barriga frente a un toro bravo.
Esto no ha hecho más que empezar. La reivindicación taurina empieza a hablar en el ruedo, en la calle, en los medios, sintiéndose orgullosa de pertenecer a una familia, la taurina y torera y amarla como se aman las cosas, con toda su alma, con toda su mente y con todo su corazón.
Palma de Mallorca ayer luchó por su libertad iluminando la noche taurina de una España insular que resiste los envites y acosos de tantas personas como la quieren borrar de su memoria. A ella se unen todas y cada una de las plazas, todos y cada uno de los pueblos, todos y cada uno de los aficionados para ensalzar esta fiesta de los toros a la que atacan sin piedad, moviendo su saber y su acción para que siga cada vez con más fuerza, ilusión, fomento, ánimo, alegría y grandeza esta genuina costumbre heredada tan española.


Foto: Emma Prieto.
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