El presidente de la Plaza de toros de Valladolid Manuel Cabello ha sacado el pañuelo azul en el 4º novillo de la tarde del festejo de promoción celebrado en el coso del Paseo de Zorrilla con seis novilleros en el cartel y un encierro de cuatro bravos y encastados novillos de Mari Carmen Camacho y dos mansitos pero que se dejaron. Este eral, bravo y repetidor en todos los tercios de la lidia, fue lidiado por el novillero madrileño Fernando Adrián quien, a la postre, se erigió en triunfador del serial al cortarle las dos orejas, tras una faena aseada, con gusto y mando. Entró a matar en corto y por derecho, logrando una estocada algo contraria, por lo que precisó un golpe de verduguillo, tras recibir el recado de la presidencia en forma de aviso.
No había empezado mal la tarde, extraordinaria de climatología y sol, con un cuarto de plaza bien repleto de espectadores en los tendidos, muchos niños y niñas siguiendo el festejo acompañados de padres y abuelos en el que abrió plaza el palentino Diego Fernández para lidiar a «garrapata» con voluntad y esfuerzo, recibiendo al final de la faena una tarascada que lo derribó al suelo en costalada dolorosa. Lo mató de estocada y recibió una oreja como premio a su labor.
El vallisoletano Pablo Santana pechó con el peor del encierro, un «montapena» que hizo honor a su nombre y cuya lidia pasó por derroteros y altibajos, sin definir con temple ni acople la faena. Tan solo destacar dos buenos naturales. El torete fue manso y bronco, el peor de la novillada, a quien despachó el chaval de Alaejos de una estocada contraria y descabello. Su labor recibió un aviso y el silencio del público.
El tercero de la tarde fue para Francisco Sánchez, novillero de Salamanca, quien toreó con temple y sin enganchones en las telas. Sin embargo no estuvo acertado con la espada y pinchó en varias ocasiones, recibiendo un recado en forma de aviso. Tras doblar el novillo, recogió los aplausos cariñosos del público.
Del cuarto ya hemos hecho un breve relato arriba, añadiendo ahora además el valor del madrileño Fernando Adrián quien recibió de rodillas al toro, metiéndole pronto en el engaño y ejerciendo una faena buena, añadida a la importancia y repetición noble del ejemplar que le tocó en suerte, el mejor del encierro sin ninguna duda.
Aunque no hay quinto malo, el chaval de Medina del Campo Roberto Blanco que tenía en los tendidos más de un paisano de la ciudad de la letra de cambio, recibió a porta gayola a «acebuchino» y tras faena variada con ambas manos no supo acabar correctamente con la vida del ejemplar, y como vulgar pinchauvas le recetó una media perpendicular, un pinchazo y estocada contraria además de varios golpes de descabello, hasta que el tiro del arrastre compuesto de un macho burreño y dos mulas tordas de orejas tiesas y poco dadas al esfuerzo de tirar del despojo, se llevaron al desolladero el ejemplar de Camacho.
Cerró la corrida el colombiano Luis Miguel Castrillón, apadrinado por José Antonio Campuzano, presente en el callejón de la plaza. Este torero fue quien mejor compuso la figura, mandó y templó con arte, asentado en el ruedo y muy seguro de lo que estaba haciendo. Terminó su faena con unos adornos por detrás muy coloristas y aplaudidos y una estocada un punto caída que retrasó la muerte del novillo. El público pidió la oreja que le fue concedida.
Al final del festejo, salió a hombros y por la puerta grande Fernando Adrián, sonriente, feliz y aclamado por el público que esperó su salida, tras su triunfo en la tarde de hoy.
Recordar que de las dos novilladas saldrá la terna de triunfadores para disputarse el galardón en la última de ellas en el mes de septiembre, allá cuando los albores de la Feria de Nuestra Señora de San Lorenzo vuelvan otra vez a traer aires de toros al Coso del paseo de Zorrilla.
VALTAURO completa así en colaboración con el Ayuntamiento de Valladolid, la programación de los festejos taurinos de promoción destinados a quienes empiezan en este difícil mundo del toreo.
PLAZA DE TOROS DE VALLADOLID.
2ª Novillada de promoción. Un cuarto de plaza.
Seis novillos, bravos y nobles en general, uno de ellos de vuelta al ruedo, de Mari Carmen Camacho para
Diego Fernández, oreja.
Pablo Santana, silencio.
Francisco Sánchez, aplausos.
Fernando Adrián, dos orejas y salida a hombros.
Roberto Blanco, silencio.
Luis Miguel Castrillón, una oreja.
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