Buscar nuevas ideas para promocionar la fiesta está en todos y cada uno de nosotros. Debemos afinar la sesera, discurrir, aunar esfuerzos y solventar la papeleta lo mejor que se pueda para dar gusto y contento a quien se arrime a ella. Con el vino y los toros sucede algo parecido. Su maridaje, su unión es casi, casi indisoluble. Especialmente ahora que tantas cábalas se hacen entre las empresas y las personas para abrir la cuenta de resultados, sujetar mercantilmente las mismas y considerar que todo es bueno para el convento, como decía el fraile.
Hasta hace bien poco ir a los toros costaba dinero, como ahora, pero al espectador ni se le tenía en cuenta, ni se le facilitaban las cosas, ni una simple almohadilla para que el antifonario no se recalentara en las piedras del tendido sobre todo en día de calores, ni una visera o sombrerillo para paliar la calor. El empresario taurino ahora empieza a ver las orejas al lobo, contemplando cómo los tendidos no se llenan y los espectadores desertan del espectáculo, unos porque lo consideran mediocre, otros porque dicen que están manipulado y los más porque va calando en ellos el rechazo que la sociedad actual hace de la fiesta de toros.
Sin embargo, los ingresos, los dineros, los recursos y las economías de muchas personas se sustentan alrededor de esta genuina y popular fiesta. Hay miles de personas que viven de los toros, desde los veterinarios hasta los transportistas, desde los ganaderos hasta los toreros y desde el personal de campo y plaza hasta la misma administración. No parece baladí la cuestión pues muchas familias disponen de los ingresos que les da de una u otra forma la fiesta. Por eso uno de los aspectos de difusión es el denominado maridaje, la unión de diversos productos en torno a un mismo fin, el fomento de la fiesta de toros.
Ahí están de ejemplo las gestiones de algunas bodegas como la comentada ahora mismo de Peñafiel que se llama Bodegas Resalte en la elaboración de un vino tinto para aunarlo a los hongos, tan característicos en esta época, u otros productos como el aceite o derivados lácteos. Las Bodegas Resalte han preparado la cata de maridaje en la señorita Malauva situado en la calle Arribes de Valladolid para el viernes día 28 de noviembre a las 8 y media de la tarde, donde varios productos de la tierra servirán de engarce, de enlace, de íntima unión y maridaje, demostrando la importancia que tiene el innovar, dar ideas y llevarlas a la práctica para conseguir que el producto y la calidad sigan adelante, muestren su cara amable y supongan la adquisición del recurso económico para sus responsables.
Originalidad a toda costa es lo que se precisa en la fiesta de toros. Encontrar la vía está al alcance de unos pocos, pero el pensamiento cuando deja volar la imaginación, consigue hacer realidad los sueños y dar sentido a casi todo lo que se hace.
Tal vez de esta manera llegue el día en que al espectador por el mero hecho de serlo y abonar una entrada en el tendido, se le tenga que obsequiar con un bocadillo de jamón, vino tinto y una almohadilla, para que encuentre un momento de reposo y de distinción considerada hacia su persona. El cuidado es también propio de quien quiere que la producción del espectáculo sirva para todos y produzca algún beneficio. De ahí que ejemplo del maridaje del vino y los toros no está mal pensado.
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