De nuevo el globo sonda, la propuesta fatua e intolerable para muchos del autodenominado líder de «Podemos» pidiendo un referéndum para votar toros sí o toros no en España. Es el goteo de cada día, la ocurrencia, la forma de sobar al mundo de los toros, las tonterías de siempre, pero, ojo, que están causando ya cierto desasosiego entre cuantos silencian estas salidas de tono y no las combaten con toda la fuerza de su actividad, de su hacer, de su palabra, de sus obras.
Porque somos cómplices todos al callar, al no protestar por estas ocurrencias de mesa de facultad de primer curso universitario y al que luego los altavoces mediáticos de estos medios agazapados que estiran las noticias por la falta de ocurrencias mejores dando pábulo una y otra vez, otra vez y una, a esos deseos de una parte de la sociedad muy vociferante sí, pero sin el apoyo que el grupo dice ostentar, ante el silencio total de los corderos que respetan el derecho de los demás y que no dan un paso adelante en la complicada tarea de convivencia que tenemos encima cada día.
Todos los ciudadanos tienen algo que hacer por poco que sea y bastante es levantarse cada mañana y tirar adelante del carro de la familia, de la sociedad, de su pueblo o de su país para soportar además a algún político inmaduro, como este elemento recurrente, venido a rico, que propone un referéndum en los toros simplemente porque no le gustan, no cree en ellos y no le atraen lo más mínimo. Ya sabemos que eso o anunciar comisiones informativas o de investigación o propuestas por necias y sin sentido que sean, es la salida que queda a muchos políticos cuando ni hay ideas ni propuestas de mejora para hacer saludable y en convivencia la sociedad. En todo caso persiste el autoritarismo en esos políticos que están lejos del pueblo, de su trabajo, de su esfuerzo y de su vivir cada día. Siempre dirán: «Quien manda, manda y cartuchera al cañón».
Victorino Martín le ha contestado bien al «padre de la patria» en su propuesta ilusa, sinsentido, majadera, estúpida y como dicen por ahí, «Muchos pueblos organizan toros con la pasta de su bolsillo y en ocasiones con la ayuda del dinero público al que tienen tanto derecho como otras actividades que a nosotros no nos gustan y para las que no pedimos un referéndum».
¡Qué amorosos los políticos del ordeno y mando, de la prohibición, del ataque, de la supresión, de la intolerancia…!
Abuelos, padres, tíos, seguid llevando a vuestros hijos y nietos a los toros. Y luchemos más para que si un chico torea, que cobre; se dé de lado a los ponedores y comisionistas; si un chico entusiasma a la gente del pueblo, triunfa digan lo que digan los críticos de patilla; y al final, «si hay que hacer la labor que no hacen los empresarios profesionales o muy pocos, formar toreros para ganar el futuro, se hace«. Que no os acogote un julay de mucho pico y pocos hechos.
Fotos: José FERMÍN Rodriguez
Rafael dice
Estos políticos malos no, indecentes y nuevos ricos no les gustan los toros y piden un referéndum porque se hace sufrir a los animales, pero no piden un referéndum para fabricar bombas y venderlas para matar a inocentes.