De los que a veces dicen y hablan, conocen y admiran, pero que llegan al mundo taurino con la fuerza, las ganas y el interés, he tenido la fortuna de conocer, intercambiar palabras y saludos, escuchar sus historias y admirarme con estos dos personajes que hoy traigo como resumen del tiempo de ayer.
Nada más y nada menos que don Francisco Cano «Canito», natural de Alicante con 98 años a las espaldas y todavía con la máquina de retratar al hombro, logrando instantáneas extraordinarias, bellas, impresionantes, de toreros, faenas, momentos de la lidia, toros, personajes… En fin toda una vida dedicada al periodismo gráfico taurino, guardián de una tradición eterna, gráfica de la historia taurina del siglo XX.
Francisco Cano me contó que él todavía sigue haciendo las fotografías con película que debe revelar. Y curiosamente cuando fue a revelar al laboratorio santanderino donde lo hace las instantáneas sacadas de la corrida del día anterior, se lo encontró cerrado, porque el jueves era fiesta en Cantabria y no abrían los comercios. Así que ya las revelaré cuando abran mañana, me dijo.
Mientras mataba el gusanillo y comía una bolsa de patatas fritas viendo torear a los muchachos de las Escuelas taurinas, acompañado de uno de sus familiares, en una de las pocas mañanas espléndidas que la meteorología dejó al cielo, me contó cuando le preguntaron a su mujer por Cano y les contestó que si preguntaban por «Canito» y no «Cano», que cano es quien tiene canas, y «canito» por aquello de lo pequeño en estatura que era.
Con una lucidez especial y una actividad increíble para recordar, contar y traer a la memoria instantes de su vida taurina pasada, me dijo que hacía muchos años que no iba por la feria de Valladolid y que le gustaría ir, pero que este año le coincide la de su tierra de Murcia el día 8 de septiembre y prefiere aquellas tierras más cálidas que las otoñales vallisoletanas más frioleras y desapacibles.
Canito muchas gracias por tu esfuerzo, tu dedicación, tu torería y tu grandeza.
Y otro que tal baila, esta vez un maestro de escuela jubilado que dedicó su vida a la enseñanza en el pueblo abulense de Maello, Lorenzo García Muñoz, que recorre ferias y sitios para, cuando es preciso, sacar a hombros a los espadas triunfadores del coso. Siempre ataviado con su inconfundible sombrero cordobés, su alegría y sus ganas por enaltecer a su manera la tauromaquia desde esa actividad que llaman por Andalucía de «costalero», sacando a los diestros a hombros, en andas y volandas, de la plaza, es uno de los personajes más conocidos por los toreros, pues raro es al que no ha llevado a hombros Lorenzo.
Lorenzo cuando impartía sus clases a los alumnos y les animaba a ser toreros y a dedicarse a la profesión, se lo inculcaba con una expresión acuñada por él mismo: ¡A triunfar, muchacho!. Pero desde que se jubiló de la docencia, su actividad es recorrer ciudades y pueblos para seguir las ferias taurinas y ejercer la actividad relatada.
Lorenzo García, un hombre bueno, animoso y jovial que llena las portadas de los periódicos siempre que hay puerta grande en la corrida de toros a celebrar, llevando al torero ha sido objeto de entrevistas, atención informativa y declaraciones en la prensa cántabra como se ha podido comprobar.
Y así, aunque un tanto renqueante de sus dañados huesos, con dificultades para desplazarse, es uno más de los que salen por la puerta grande en días de corrida. Porque este hombre de Medina de Rioseco, padre de dos hijos, conocido y querido en los ambientes taurinos, es una singularidad también para la amplia nómina de actores activos en el total y perfecto desarrollo de una corrida de toros.
Por eso él también merece este recordatorio.
¡A triunfar, Lorenzo!.
jose luis dice
Todo un personaje este lorenzo, que estuvo en la boda de Rocío Jurado. Y no digamos na de Canito.