Lleno de los de antología y «no hay billetes» grabado en las taquillas para conseguir una entrada que permitiera el acceso al festival benéfico de Arroyo La Flecha programado por la empresa Por Naturales, con tino, acierto y respuesta solidaria al ser destinado el beneficio a la asociación de Esclerosis múltiple de Valladolid. El público llenó el graderío y agotó el papel, se divirtió y entusiasmó con un festejo taurino en la modalidad de festival en el que hicieron el paseíllo los anunciados Diego Ventura, oreja; Padilla, dos orejas; Paquirri, dos orejas; Cayetano, dos orejas; Francisco J. Espada, dos orejas y el novillero Ricardo Maldonado, oreja.
Casi lo de menos fue la decena de apéndices cortados a los seis novillos de Castillejo de Huebra de María José Sánchez Majeroni lidiados esta tarde, bravos y con genio, cinco de los cuales fueron aplaudidos en el arrastre por los espectadores que acudieron al acogedor y cubierto recinto de Arroyo la Flecha y que dieron su juego ante las muñecas de sus matadores.
Si hubiera que destacar a alguien, dentro de la tónica general de espectáculo agradable y entretenido como el habido esta tarde en La Flecha, habría que hacerlo al toreo de Cayetano Rivera, el cual instrumentó una faena seria y templada al natural, con pausa, tranquilidad, entrega y mando en plaza, encauzando la buena embestida del novillo de Castillejo de Huebra al que despachó de estocada entera entre la ovación del público y el tremolar de pañuelos en el tendido, pidiendo los trofeos a este torero que hoy ha estado muy bien y poderoso, con gusto, en Arroyo.
No me olvido del detalle de Juan José Padilla quien abrió plaza de los de a pie con unos lances de recibo rematados con una larga de rodillas, el cual tras su faena paseó las orejas con dos niños vestidos de luces, alrededor del anillo, recogiendo las ovaciones sentidas e inolvidables para las criaturas en toda su vida. Los niños, destinatarios también de la Fiesta, tendrán para siempre en su memoria aquel emotivo momento y contarán a sus amigos y compañeros el singular acompañamiento a un torero cuajado, animoso y en triunfo sonriente que superó las adversidades de la vida.
Empezó la lidia con el rejoneo a caballo a cargo de Diego Ventura que, tras los rejones de castigo al de Castillejo, protagonizó un quiebro espectacular en un palmo de terreno ante la cara del toro con su caballo «Ritz» que dio juego ante las cabalgaduras del excepcional jinete. Tras el rejón de muerte, echó pie a tierra para descabellar a la primera al de de Castillejo.
Paquirri tuvo un momento muy torero sentado en el estribo antes de empezar con el suyo al que instrumentó lances con gusto con el capote. Luego banderilleó el mismo diestro escuchando aplausos tras el par al violín que cerraba el tercio. Con la muleta, el toro bronco y que cabeceaba, no permitió demasiado lucimiento al torero, aunque mostró con porfía y decisión su entrega y deseo por agradar al respetable que le premió con las dos orejas cuando logró una estocada entera que despachó al burel.
Francisco Espada lidió a «batanero», un toro de 456 kilos en la tablilla anunciadora, brindándoselo al público, y que estuvo muy digno, aseado, esforzado y en el sitio, sin enmendar el terreno ya haciendo cambios de mano ya logrando que el animal tragara hasta rajarse prácticamente del torero. Fue el toro más deslucido del encierro. Pero la voluntad del diestro y la estocada entera le hicieron acreedor a otras dos orejas.
El último en actuar en este buen festival taurino celebrado en la Flecha fue el novillero Ricardo Maldonado. Con el capote estuvo muy digno y aseado y con la muleta tuvo dos series al natural de temple y estética, aunque el novillo, bronquito y de embestida algo brusca por el pitón derecho no permitió el redondeo del novillero vallisoletano. Su faena la alargó en demasía cuando ya el novillo no daba más de sí y tras pinchazo defectuoso y estocada entera e inapelable, fue premiado con la oreja.
En resumen un más que entretenido festival benéfico el ejecutado por la empresa de César Jiménez y que tiene a Nacho de la Viuda como mentor y organizador activo que han conseguido merecidamente dar un aldabonazo a las mismas puertas de Valladolid, al conseguir el «No hay Billetes» en la coqueta y acogedora plaza municipal de la Flecha con este festival que consigue, año tras año, la respuesta del público que además de divertirse es solidario con la entidad benéfica, la sociedad de esclerosis múltiple, a la que se destinan los fondos obtenidos de las entradas y la colaboración de las casas patrocinadoras y colaboradoras. Eso, en esta tierra como en la de María Santísima, es hacer las cosas bien y llenar la Fiesta de esperanza.
Fotografías:José FERMÍN Rodríguez.
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