El sábado 18 de julio en Ávila empezó de nuevo la fiesta, se reanudó un tiempo pasado entre paréntesis como consecuencia del virus canalla, pero de nuevo un hombre y un toro se hicieron grandes en el Coso de la Ciudad de los Caballeros. Al caer la tarde empezó un paseíllo en silencio por los desaparecidos a causa de la pandemia y al llegar a barreras, atronó el himno nacional de España. Se han lidiado seis toros de Vellosino, bien presentados, de manejable juego, destacó el sexto. Finito de Córdoba, saludos y saludos tras aviso; Ernesto Javier “Calita”, silencio tras aviso y oreja; López Simón, oreja con petición de la segunda en ambos. La plaza registró un buen ambiente con un millar de espectadores y teniendo en cuenta las restricciones impuestas por la Junta de Castilla y León por el coronavirus, que establece una distancia de 1,5 metros. Se desmonteraron tras parear al sexto Mambrú y Jesús Arruga.
Ha vuelto a empezar la rueda de la fortuna para bien de la fiesta. El esfuerzo de quienes lo han hecho posible es merecedor de aplauso de todo punto, por lo que ello significa en la fiesta de los toros. Y aunque haya sido con el punto verde marcado en el tendido para tener alejados un metro y medio de distancia a unos espectadores y aficionados de otros, la corrida se dio y además tuvo sus momentos y sus pinceladas de atracción y merecida atención.
Finito, el porte cordobés; López Simón, la entrega y clavados los pies en la arena abulense, pues a uno de sus ejemplares lo toreó descalzo y Calita, un torero al que casi ni le conocíamos que dejó su sensación en ambas faenas. Tres hombres, tres toreros y las cuadrillas que, emocionadas, tragaron saliva al empezar y se fueron sonrientes a casa, como los esperanzados aficionados a los toros.
Fotos:PHILIPPE GIL MIR
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