Este año, una vez acabada la feria madrileña de San Isidro, una persona de nuestro entorno como es el bueno de Rafael Agudo, el hijo del mayoral de la ganadería de Raso Portillo con quien nos une desde hace tiempo una buena amistad, ha sido galardonado con el mejor puyazo en la edición de este año 2011.
La Peña madrileña «El Puyazo», que otorga sus galardones al mejor picador del serial isidril y a la mejor corrida cuyo comportamiento en varas es meceredora de la distinción, ha premiado a Rafael por su puyazo a un toro de Celestino Cuadri, corrido en quinto lugar, en la corrida en la que Iván Fandiño mostró su mejor cara y buen toreo.
Pero lo cierto es que destacar los méritos de un picador como son los de Rafael, siempre al lado de su querido padre, ayudándole en las tareas con el ganado bravo de la ganadería de Gamazo en el Raso de Portillo, a quien hemos visto progresar con esfuerzo, trabajo y dedicación, es algo a lo que estamos obligados.
Un buen muchacho de Valladolid se aúpa así a los puestos del escalafón de subalternos, de labor y oficio imprescindible, conocedora y entregada para la buena marcha de la fiesta de toros.
Es verdad que siempre solemos hablar los críticos de los éxitos de los espadas, de los matadores, y más bien poco del esfuerzo y las cosas bien hechas de los que ayudan, aunque sea en un plano inferior, a que la fiesta mantenga las más puras esencias de su singularidad.
Rafael Agudo, joven todavía, pero ya hecho a las lides y tareas camperas, mamadas desde niño en la casona del Quiñón, ha sido picador en varias ocasiones de las reses que intervenían en el certamen de tentaderos «Ciudad de los Almirantes», cuyas fotografías hemos entresacado de nuestro archivo, y la colocación, el cite y la forma de entender el puyazo a un toro bravo en la plaza de las Ventas, en retrato impagable de Juan Pelegrín. El toro en el momento en que se arranca como un obús al caballo que monta Rafael y que por su acción hasta César Palacios le hizo un dibujo.
Rafael Agudo, el mayoral de la ganadería de Gamazo, seguro que habrá suspirado satisfecho por la acción de su hijo y la evolución que va generando que su nombre sea ya reconocido y encumbrado en esta bellísima suerte de picar un toro bravo. Y todo no queda aquí, pues su hermano Juan Antonio lleva el mismo camino. A lomos de un caballo de picar los dos son también, sin ninguna duda, toreros.
admirador dice
SIN DUDA LOS QUE LE HEMOS VISTO CRECER DENTRO DE ESTOS ENTORNOS, NOS ALEGRAMOS DE CORAZON. SALUDOS Y SIGUE ASI QUE TE HARAS UN GRAN PICADOR SOBRE TODO CON HUMILDAD Y COMPAÑERISMO……………. SUERTE. CAMPEON.
sergio "HILARIN" dice
Sin duda este va a llegar muy lejos por «trabajo, dedicación, afición» y sobre todo por los cojones que pone encima del caballo . Yo soy amigo suyo de la Pedraja y estoy muy contento por gran progresión porque se lo merece por todo lo que ha pasado y de corazón me alegro muchísimo. Un abrazo «MAESTRO» y como yo le digo nos vemos kiyo y mucha suerte.