Real, como él mismo, nítido, sin tapujos ni medias tintas. El Jefe del Estado Felipe VI asistió a la corrida de apertura del ciclo de San Isidro en Madrid en un momento crítico para la Fiesta de toros, con ataques sistemáticos, persistentes y virulentos de animalistas y antitaurinos. Es muy importante, sin duda ninguna, este apoyo del Rey de España y su gesto recibió una sonora, agradecida y sincera ovación por parte del público aficionado asistente a la corrida de las Ventas.
Seguramente otras personas se quitarían de en medio para evitar críticas y complicaciones. Por eso es intolerable de todo punto cuanto sucede en los ataques sistemáticos a la fiesta de toros para prohibir una actividad que supone la alegría, diversión, recursos económicos y la vida de muchos españoles. De ahí que la presencia del Rey en los toros se tome como lo que es un decidido apoyo a la Tauromaquia, por ser parte integrante de la idiosincrasia española.
El Rey, el símbolo de la existencia y razón de España a través de los siglos, está con los aficionados a los toros, compartiendo el festejo, aplaudiendo y emocionándose con él, como uno más.
Es hora ya, y no nos cansaremos de repetirlo, de creer en lo nuestro, con trabajo, sinceridad, buen hacer y profesionalidad esforzada, sobre todo cuando ese puñado de indeseables se dedica a insultar y coaccionar a otras personas que lo único que hacen es disfrutar de una afición sin meterse con nadie, al acceder a una plaza de toros.
El apoyo real ayer por la tarde en las Ventas marcó una clara línea institucional para la grandiosa y emocional fiesta de los toros.
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