Una gran corrida de toros de la ganadería leonesa de Valdellán cerró las fiestas patronales en Sahagún con la triunfal salida a hombros de Fernando Robleño que cortó dos orejas a un ejemplar de 470 Kg. bautizado como «matalhombro» tras una faena maciza, poderosa, con gusto y sentido del temple junto a su compañero de cartel Gómez del Pilar que conseguiría idéntico premio ante «carterista», un bravo toro de 502 Kg dados en la báscula. Pepe Moral, el tercero de la terna, se fue de vacío, con los aplausos cariñosos de los espectadores que se dieron cita en el coso de Sahagún llenándolo en sus tres cuartas partes en tarde espléndida de luz, sol y sin viento.
La alegría tanto en Robleño como en Gómez del Pilar era más que evidente cuando daban la triunfal vuelta al ruedo del popular coso facundino cada uno de ellos con las orejas de sus enemigos. Lástima el fallo a espadas de Fernando ante el «cubano» de 612 Kg. segundo de su lote, que recibió dos varas con largueza en el caballo apretando el piquero, cuestión que repetiría su compañero de cartel en el que cerraba festejo.
Los toros de Valdellán ha dado momentos de auténtica emoción, siendo aplaudidos cinco de ellos en el arrastre por los espectadores.
«Huertano»; «cubano»;»torreño» y «gorrión» compusieron el sexteto de una sinfonía de bravura que pace en las tierras del cenobio que fue de los frailes de Santa María del Río. Sentí mucho, por hechuras y presencia, no poder ver el comportamiento de «marmolejo«, el sobrero de la corrida, cinqueño, espectacularmente conformado, al que decidieron apartar del lote que en principio se presumía como el adecuado.
Fernando Álvarez y Jesús Martínez, así como Jairo Cañedo y el resto del personal de la ganadería que allí trabaja con estos animales siguen dando una buena prueba de que son capaces de lograr lo que en otras explotaciones de bravo no logran ni tan siquiera aproximadamente. Es que aquí los santacolomas son nobles, bravos, encastados y que encumbran a los toreros en lo más alto de la emoción por torear.
Pepe Moral no tuvo su tarde. El sevillano anda errante en las últimas corridas que le hemos visto componer la figura. Desconfiado, prevenido, con poca decisión y más dudas de la cuenta está perdiendo el sitio que tanto le costó ganar la pasada temporada. Pero esto son ciclos normales en el devenir torero, con malas rachas que a buen seguro terminarán en el momento en que el buen diestro andaluz vuelva por donde solía.
Robleño en su momento de madurez y Gómez del Pilar en el suyo de entrega y colocación consiguieron abrir la puerta grande de Sahagún, cuando ya su fiesta de San Juan tocaba a su fin y se estrenaba alcaldesa en la Casa Consistorial.






















Fotos: José FERMÍN Rodríguez
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