Dicen que no hay quinto malo cuando se habla de toros y ciertamente, la quinta jornada del Certamen de Tentaderos celebrada en Garcigrande resultó exclusiva, desacostumbrada y sorprendente toda vez que las cinco vacas elegidas para la tienta de madres tuvieron de todo: Trapío, fuerza, embestida, nobleza y picante a partes iguales con lo que la decena de muchachos que esta vez estaban llamados a enfrentarse a ellas disfrutaron y nos hicieron disfrutar a todos cuantos espectadores acudimos a la finca de Alaraz, donde los toros de Garcigrande rumian estrellas de éxito entre encinas y campos celestiales. La presencia del que fuera Delegado del Gobierno en Castilla y León, el estupendo aficionado Isaías García Monje, con su amigo Domingo Hernández, así como la de destacados miembros de los medios de comunicación regionales, aficionados y apoderados fueron también nota destacada en esta nueva jornada.
Cinco vacas utreras ellas prácticamente, fueron elegidas a moco de candil para la tienta en una mañana de climatología benigna, apacible y calurosa en el exterior de la finca pero fresca, acogedora y entendida en el graderío interior y plaza de tientas, perfectamente aclimatada a las evoluciones del toreo. El nieto de Domingo, desbordando afición y saber hacer con el manejo del ganado, cantando a su abuelo los números de crotales, encerrando las vacas en los toriles, afanándose y apartando para que todo resultara sin pausas ni espacios muertos desganados, fue uno de los personajes destacados en el sábado de tienta en Garcigrande. También, y sobre todo, los nueve novilleros que participaban en la reunión completados con la décima plaza de Ángel Jiménez, el torero gitano de Rioseco capaz de instrumentar media docena de pases naturales a la vaca realmente bellos, plásticos y admirables, pero romperse al poco con la acometividad de la res que le endilgó una paliza de tente y no te menees.Estos nueve chavales obtuvieron la siguiente puntuación, tras el cómputo de las cinco actas que el jurado del día elaboró y calificó:
Víctor Álvarez, de Guadarrama, 31 puntos
Mario Vicente Montes, de Madrid, 41 puntos
Guillermo López, de Moralzarzal, 29 puntos
Jorge Sahagún, de Villafrechós, 41 puntos
Diego Luna, de Villalpando, 24 puntos
Javier Blanco, de Santander, 30 puntos
César Alonso, de San Román de Hornija, 32 puntos
Jaime Muñoz, de Madrid, 29 puntos
Jesús Marcos, de Madrid, 37 puntos.
La verdad que las vacas de Garcigrande resultaron muy bravas, duras y repetidoras. Tan sola una de ellas manseó claramente tanto en el caballo como luego en la muleta de los aspirantes, llegándose a acular en tablas y facilitar una lidia difícil y complicada. Los muchachos estuvieron en todo momento muy dignos y trabajadores, llegando a verse verdaderos momentos de belleza y sentimiento como los protagonizados por Jorge Sahagún y Mario Vicente, pletóricos con la muleta, lidiando con gusto y temple.Entre los espectadores, la señora ganadera Concha Escolar Gil, la dueña de la explotación, entendida y amable en todo momento, hablando con ponderación y abriendo su finca a la amplia comitiva que nos dimos cita en Garcigrande, la finca de Castilla y León que da reses apreciadas y reclamadas por los toreros, consiguiendo un toro duro y encastado, con motor, fuelle y trapío que da gratos momentos muy interesantes en las plazas donde se lidian.
Garcigrande, cuna de toros bravos, campo verde, lugar apacible, silencio y trino de pájaros; mugidos de toros y resoplar de vacas, jadeos de toreros y olés llevados por el viento de una mañana primaveral por tierras de Salamanca.
(Reportaje gráfico en la sección de fotografías de MIGUEL DE CASTRO)
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