Con la reunión en la pradera de la Virgen de Castilviejo, patrona de la Ciudad de los Almirantes y de la Escuela Taurina, y el canto de la Salve se dio por terminado este curso 2018/2019.
En el acto se hizo entrega de los diplomas acreditativos a los alumnos que han logrado el título de becerrista o de novillero y, posteriormente disfrutando de una comida campestre en las cuidadas instalaciones de la ermita.
En las palabras de despedida del curso pronunciadas por Justo Berrocal felicitó a los que han logrado el aprovechamiento del curso en el que empezaron allá por el mes de septiembre cuando la temporada de toros se encuentra en las últimas jornadas de programación, animó a los jóvenes muchachos a seguir en esa línea de esfuerzo, trabajo y superación para conseguir llegar a ser diestros toreros como ellos mismos desean. También tuvo palabras hacia los padres y familiares que tanto esfuerzo y madrugadas tienen viendo a sus hijos en el progreso de su actividad taurina.
La Salve a la Virgen de Castilviejo de Rioseco fue algo así como el «gaudeamus igitur» de estos aspirantes a torero, algunos de los cuales tuvieron tiempo para practicar en la pradera riosecana con capote y muleta.
Foto: FERMÍN Rodríguez
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