Hace algunos años, desde que me metí en estas singladuras taurinas desconocidas en otro tiempo para mí, que conozco a Santos García Catalán de habernos visto por esas mesas redondas de los sitios en donde a uno u otro nos habían convocado, él en ocasiones con el micrófono y el comentario atinado y experto y en otras con la cámara de video en ristre grabando aquellas imágenes que se emitirían tiempo después por la televisión regional.
A Santos verdad es que personalmente lo he conocido cuando las canas orlaban sus cabellos, quiero decir que cuando ya la madurez de la vida cruzó las nuestras, y siempre me he honrado de su amistad, de su saber taurino y de su forma de comportarse. Bien es cierto que como todo en la vida las aleluyas y los responsos no han faltado. Unas cosas se hacían bien y otras no tanto, pero siempre Santos ha dado muestra de ser un conocedor importante del mundo taurino que es por lo que interesa destacar aquí en su personalidad.
Santos García Catalán, natural de Villarrobledo, pueblo de Albacete en donde vio la luz de la vida en 1948, es un taurófilo empedernido como le catalogó Eugenio Gómez, el músico de pasodobles, que se puso delante como dicen en el argot y que figura en las páginas de la enciclopedia de José María Cossío como aspirante a novillero. Cambió la tela de torero por el percal del micrófono y la pluma desde donde desarrolló su vida profesional en diversas empresas de comunicación. Es autor de un libro biográfico titulado “Roberto a secas” y de innumerables artículos y colaboraciones periodísticas.
Últimamente Santos era Director comercial y de comunicación del portal llamado Burladero que tantas idas y venidas, oscilaciones, zozobras y achiques de agua ha dado su barquilla informativa, aunque siempre luciendo a mal tiempo buena cara y redactor del programa de RTVCyL «Grana y oro», dejando un poso en quienes le conocemos de colaborador y amigo.
La última vez que hablé con él fue para referirle aquel recordatorio anecdótico que hiciera Gonzalo Santonja en uno de sus escritos a propósito de la corrida musical y flamenca celebrada en la Flecha, de eterna duración, pues Santos entró a verla con 64 años a las espaldas y salió de la misma con 65 y eso es mucha tela para cualquier persona por mucho que nos gusten los toros, y que a ambos nos hizo reír.
Ha llegado el momento del retiro, por cumplimiento de la edad reglamentaria. Ojalá que Santos siga participando con sus comentarios atinados, conocedores y jugosos en este mundo del toro. Otra cosa sería haber perdido un ejemplar de primer orden. Un abrazo, Santos, y muchas gracias por tu colaboración.
Foto: J. López
Guillermo dice
Que bueno es este albaceteño. Me alegro mucho paisano que aún estés en lo que te gusta y entiendes. Fuerte abrazo Guillermo