El rejoneador Sergio Vegas de quien guardo un afectuoso recuerdo ha puesto su finca de los Expolios en Rueda a disposición de cuantos aficionados deseen acudir para pasar un rato de diversión, compartir el pan y la sal en una buena mesa y además disfrutar de la suerte torera con las becerras de su ganadería.
Se ve que muchas cosas están cambiando en este mundo taurino que inquieta y tiene ojo avizor a tantos y tantos personajes que conforman esa amalgama de búsqueda de recursos y variaciones para seguir al pie del cañón con el manejo del ganado bravo.
Sergio Vegas, hijo de Eladio Vegas, un veterano ya del ámbito taurino y del bello arte del rejoneo, fue seguido con inusitado interés por muchas de las plazas en donde realizó su arte en otros tiempos, llegando a ir de un pueblo a otro por donde se anunciaba el jinete para ver su evolución, su doma clásica, su dedicación y su esfuerzo y luego escribir la información en el medio acreditado.
Con Sergio, un hombre dedicado al caballo y al trabajo ganadero, nunca hemos perdido el respeto mutuo, él por su trabajo y yo por el mío para contar y cantar en las crónicas el sucedido cualquier tarde en cualquier plaza de toros.
La fortuna no le ha acompañado demasiado al buen rejoneador rodense, de amplia sonrisa, genio y arrojo a flor de piel, un volcán en erupción cuando se propone una cosa, como aquella intervención en Granada rejoneando toros en puntas, nada menos que de Pablo Romero, uno de los cuales casi le deja en el sitio tras derribarle del caballo y cornearle muy gravemente cerca del corazón. Él fue, Sergio Vegas, quien propuso este rejoneo de toros sin afeitar, íntegros, para ser lidiados a caballo tal y como se hizo en otro tiempo, debiendo olvidarse de la gesta tras el percance.
Pero hoy bueno es divulgar el oficio de quien, dedicado al juego eterno del hombre con el toro, sea a pie o a caballo, abre su casa, su explotación ganadera, el cortijo de los Expolios a quienes deseen asistir y pasar un rato entretenido entre toros y caballos y buen yantar.
¡Suerte Sergio en esta andadura en la que te has embarcado!.
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