
Antes de entrar a la plaza para presenciar la corrida de hoy, en sus aledaños se dan cita muchos taurinos de cuantos se dedican a esta actividad como recurso de trabajo junto a los aficionados y público que acude al festejo anunciado. Uno de ellos a quien estrechamos la mano y con quien nos une una amistad y un respeto por el esfuerzo que desarrolla en su ganadería es Juan Ignacio Pérez-Tabernero Montalvo, titular del hierro que hoy echaba seis ejemplares extraños en comportamiento, raza, fuerza y bravura con la señal de los círculos concéntricos. Tras desearle suerte y pelar la hebra ahora con Domingo Hernández que por allí andaba también y cuyos toros saltarán al ruedo ferruginoso de Santander al día siguiente, nos dio la hora prácticamente de acomodarnos en la localidad del tendido que la Empresa de la Plaza de toros de Santander nos ha señalado para cubrir la información en nuestro medio.
Sentado junto al periodista del Diario Montañés David Carrera nos dispusimos a ver una de las corridas más importante sobre el papel de la presente feria. Nada más y nada menos que Morante, Manzanares y Juan del Álamo iban a vérselas con el encierro de Montalvo.
Desgraciadamente, como suele indicar el dicho castellano, días de mucho, vísperas de nada. O dicho de otro modo, corrida de expectación, corrida de decepción. Cierto que los toros resultaron flojos, sin fuerza, deslucidos, sosos, algunos de ellos con síntomas de cojera, uno de ellos, el cuarto de la tarde llamado «rebujito» protestado por el público con buen criterio pidiendo la devolución al corral, pero que el Presidente José Ramón Delgado, asesorado por Javier San Emeterio, mantuvo contra viento, marea, caídas e invalidez en el ruedo, lidiándolo Morante como pudo y Dios le dio a entender, encogiéndose de hombros ante los comentarios, no demasiado gratos, que algunos espectadores le dedicaron.
Los seis de Montalvo desgraciadamente no han lucido en esta tarde como seguramente el ganadero tenía previsto. Ya se sabe que el ganadero dispone, el torero propone y el toro lo descompone. De manera que los diestros bastante tuvieron con intentarlo.
Sólo destacó Manzanares ante un «catedrático», bien es verdad que venido a menos, casi, casi a numerario o interino, pero que con esfuerzo y arropado por el público le hizo entrar en su muleta de seda y lo despachó de una estocada entera que hizo aflorar los pañuelos en el coso de Cuatro Caminos pidiéndole la oreja del animal, que le fue concedida.

No le fue a la zaga Juan del Álamo, valiente como siempre, entregado, con ganas de hacer las cosas bien que perdió una puerta grande ganada a ley por fallar con los aceros, al no conseguir rematar una soberbia y espectacular lidia al único «chusco» de Montalvo que mostró un poco más de bríos, bravura y acometividad.
De Morante de la Puebla casi decir que se fue como había venido, sin despeinarse ni mancharse, dejándonos a quienes le esperábamos en su armonía torera con dos palmos de narices. Solo dos lances a la verónica sacando al «rebujito«, cuarto de la tarde a los medios y… se acabó lo que se daba. Como el soneto de Don Miguel de Cervantes al túmulo de Felipe II: «Caló el chapeo, requirió la espada, fuese y no hubo nada».
Y así nos quedamos en la corrida importante el casi lleno de espectadores que acudimos al Coso de Santander en una tarde hermosísima, de luz, color y alegría. Ojalá que esto haya sido solo un tropiezo pasajero porque no es normal que los toros de Montalvo hayan perdido la bravura y raza que tuvieron no hace tanto tiempo.
Para recuerdo aquí va la ficha:
Plaza de toros de Santander. Cuarto festejo de la Feria de Santiago. Tres cuartos largos de entrada. Toros de Montalvo, sosos, sin fuerza, deslucidos y con flojera alarmante para Morante de la Puebla, silencio y silencio; José María Manzanares, silencio y oreja y Juan del Álamo, silencio y silencio tras aviso.
david dice
Enhorabuena, Jesús, da gusto leer una crónica taurina en la que se pueda enterar el lector de lo ocurrido en la plaza. Y eso que la de ayer no era una crónica fácil, bueno sí pero para cebarse co n algunos. De verás, gran trabajo. Un saludo y hasta pronto. LO dicho, si necesitas cualquier cosa del gremio o no, aquí tienes a un compañero. Un saludo
Federación Taurina de Valladolid dice
Queremos agradecer desde la FEDERACIÓN TAURINA DE VALLADOLID la colaboración desinteresada del CELEDONIO, el fotógrafo del Diario Montañés y su redactor David Carrera por la cesión de las fotografías que ilustran nuestra crónica de la corrida de Garcigrande. Sin ella, hubiera faltado la imagen tan importante en el comentario de nuestra crónica. Transmitimos nuestro agradecimiento a la dirección del DIARIO MONTAÑÉS, el prestigioso periódico de Santander.