No hay mejor cosa que dejar trabajar a las personas para que aparezcan las soluciones a muchos problemas planteados. Tal fue el caso en su día de la reclamación de test para todos los españoles con el fin de saber si tenían o no el virus llamado covid y no los había ni en farmacias, ni en hospitales ni en ningún sitio. Ahora que ya los hay, un año después, todos se ponen las pilas para aplicarlos a cuantos desean asistir a un evento masivo, a un acontecimiento. Ayer fueron los asistentes a un concierto de música en Barcelona y con la entrada al mismo se realizaba el test de antígenos y se entregó una máscara FPII.
De esa manera se obviaba la norma de distanciamiento que hasta ahora se viene teniendo en cuenta.
Y llega ahora la noticia de la Sociedad empresarial Pagés que explota la Maestranza de Sevilla, por la que dicha mercantil costeará un test de antígenos para todos los espectadores que acudan a la plaza. Demostrado que se es negativo, podrá acceder al festejo taurino en su localidad.
Algo se mueve ya entre las distintas organizaciones para solventar la situación negativa y abrir una salida para seguir trabajando con el fin de recabar y llevar las habichuelas a su casa porque la cuenta de la economía no sale con propiedad y nadie está en el mundo del negocio para perder dinero una y otra vez.
La idea de la empresa sevillana es merecedora de atención y respaldo tras su estudio pertinente.
Otra cosa será llevarlo a otros espectáculos masificados, como el fútbol por ejemplo, a fin de recuperar los espectadores en los recintos deportivos de los estadios. De momento los toros con todas las inquinas que despiertan en los «exhibicionistas de la bondad» están dando un ejemplo a la sociedad de organización, control, actividad y cumplimiento de las normas sanitarias que son la envidia para el resto de agrupaciones humanas.
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