Cuando dicen que la educación forma valores y hace llegar al acabamiento de ser «homes», como dijo el Rey Sabio, a las personas, hay que decir que las Escuelas taurinas son vivero de toreros, pero también de formación, de cultivar aquellos modos y modales con que siempre se distinguieron las personas que vivieron en el mundo del toro. No se puede permanecer en silencio ante el atropello que significa el cierre de la Escuela taurina «Marcial Lalanda» de Madrid en su aposento de El Batán, el emblemático y taurino lugar de la capital de España por parte de un Ayuntamiento ayuno de ideas y descosido en apreciar el símbolo y el significado de cuanto representa la Tauromaquia para tantas y tantas personas como se acercan a ella.
Muchos han sido los que han pasado por allí: matadores, banderilleros, buenos taurinos, soñadores de triunfos y aplausos, de una vida recia, dura, abnegada, entregada, única e irrepetible. Y ellos ahora tienen que alzar la voz en alto, con fuerza, mostrando su contrariedad por una decisión política que va a conculcar en Madrid la pasión de muchas personas si no se remedia.
El cinismo con que esos políticos travestidos de bonhomía y decisiones que enfrentan en lugar de unir merecen el castigo de salir de las instituciones en cuanto llegue la hora de ajustar cuentas electorales con quienes engañaron, atacaron, vilipendiaron, insultaron e hicieron animadversión hacia la profesión de torero.
Nuestra organización, pequeña y sencilla, estará junto a los muchachos, los niños y los maestros de la Escuela taurina de Madrid, «Marcial Lalanda», apoyándoles en sus ilusiones y reivindicando una forma de entender la vida, y oponiéndonos sobre todo ante las decisiones caciquiles, con el grito de su pancarta: «¡Libertad para enseñar, libertad para aprender, libertad para crear»!. Esa es la virtud que ningún gobernante puede ni debe cercenar, pues la libertad es el don más precioso que dieron los cielos al hombre, a los ciudadanos. «Con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida»
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