Poco público en el tendido vallisoletano, apenas un cuarto escaso del aforo, y una novillada con detalles y destellos muy débiles de los novilleros convocados al festejo en una tarde extremadamente calurosa, con pelusa de chopo en el ambiente, estornudos y alergias sin olvidar una indisposición de un aficionado, familiar de la ganadera Tere Molero, que presenciaba en la barrera la novillada y que tuvo que ser atendido por los servicios médicos de la plaza, a cargo de los doctores Rabadán y Mateo, los buenos samaritanos, galenos de la salud y restañadores de dolencias.
Se han lidiados seis toros de Revesado Hermanos y Torrealba, uno de ellos como sobrero, de nombre «brasileño» que salió en sustitución del cuarto titular, inválido, devuelto a los corrales, que resultó el más bravo del encierro, aplaudido en el arrastre. Todos bien presentados, de irreprochable trapío. Los dos primeros mansos y desrazados; el tercero flojo y el quinto imposible por el pitón derecho, mientras el sexto que cerró corrida un «diamantino», cuajado, picado arriba por el varilarguero de Varea, Pedro Manuel Muñoz. Además su cuadrilla formada por Montoliú, Carrasco y Balladar saludó tras parear estupendamente, desmonterándose y recogiendo la ovación del público.
En el bagaje final, escaso y con poco premio, Espada saludó y cortó una oreja; Ricardo Maldonado recibió silencio, dos avisos y aplausos y saludó desde el tercio y Varea, aplausos y saludos.
Los toros anunciados de Hermanos García Jiménez fueron sustituidos por estos de Hermanos Revesado y Torrealba, dos hierros con que los ganaderos de Vitigudino lidian por esas plazas y aunque tuvieron irreprochable presentación con cuajo y kilos, la bravura desarrollada no sobrepasó los límites de la excelencia.
Del torero de Fuenlabrada, Francisco José Espada, decir que intentó someter al bronco «norteño» de 448 kilos que abrió plaza, pero que con la espada no anduvo fino al pinchar un par de veces y lograr una media trasera y tendida que lo envió al desolladero. En su segundo estuvo mejor, mucho más asentado, firme y con mejores ganas. El toro iba largo y con ambas manos instrumentó una faena muy aseada al encastado utrero. Una estocada entera y los tendidos pidieron la oreja que le fue concedida por el Presidente Pablo Holgado.
El torero de Valladolid, Ricardo Maldonado, que brindó su primer novillo al futbolista del Valladolid, Óscar, no logró el lucimiento ni la continuidad en su faena, además pasó un quinario para acabar con el toro, recibiendo dos recados desde la Presidencia. En su segundo Maldonado recibió la colada del toro cuando lo intentaba someter por el pitón derecho y hubo de construir toda su faena sobre la mano izquierda, destacando algunos muletazos de trazo y elegancia, abriéndose paso pese al alboroto que se produjo en el tendido como consecuencia de la indisposición de un espectador. Muy discreto en ambas faenas el buen torero vallisoletano que no pudo redondear, pese a la sensiblidad del público que estuvo con él en todo momento.
Varea, el novillero de Almazora con peña en el tendido, brindó uno de sus toros a su abuelo Juan presente en el tendido diciéndole estas palabras: «Tengo el gusto de brindarte la muerte de este toro, Juan, pues aunque un granito no hace montaña (sic), por lo que me has ayudado. Va por ti». Este toro estuvo andarín con el diestro en prácticamente toda la faena, sin parar ni templar su embestida y lo despachó de una entera. En el que cerraba festejo y feria le sacó muy bien a los medios, con cierta galanura y gusto, pero a medida que transcurrió la lidia, el toro se apagó como una candelica, quedándose ahormado y sin movimiento prácticamente. Lo mató de varios pinchazos.
En resumen, poco bagaje novilleril en esta de la feria de San Pedro Regalado con unos novilleros aplanados en cierta manera también por la calor tan excesiva y asfixiante del ambiente. Hasta los alguacilillos sudaron tinta embutidos en sus ternos de terciopelo y uno de ellos, Perrote, nos comentó: «Este traje de tiempos de Felipe II se hizo para el invierno y no para este endiablado y sofocante calor».
Y a la empresa de la Plaza de Valladolid que ha puesto en marcha diversas innovaciones, propaganda, difusión de la fiesta, cartelería y trabajo mucho trabajo, reconocerla las ganas y voluntad con que ha echado a andar en el Coso del paseo de Zorrilla, especialmente a Javier Arroyo y al gerente Jorge Manrique
Reportaje gráfico: JOSÉ SALVADOR
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