Los otros cuatro ejemplares rajaditos y sin clase llegaron al último tercio con poca fuerza, aunque todo el encierro resultó noble y de variado comportamiento. Fue lidiado por Juan Bautista que sustituyó a Antonio Ferrera, que cosechó ovación con saludos desde el tercio y oreja; Morenito de Aranda, silencio y fuerte ovación tras petición minoritaria y Rubén Pinar, saludos y oreja.
La tarde de Nuestra Señora se anunciaba una corrida de toros del encaste núñez de Navalrosal, ganadería que casi siempre se ha llevado el triunfo en la localidad ribereña, hospitalaria y afable Roa de Duero, pero que hoy ha supuesto una caída importante en sus acciones de bravura. Un encierro bien presentado de 500;490;475;480;470 y 510 kilos en báscula, bajito, con hechuras Villamarta en el que tan solo sobresalió el juego del lote que correspondió al torero francés Juan Bautista, sustituto del anunciado Antonio Ferrera cogido ayer en Gijón, especialmente el cuarto de la tarde al que recetaron tres varas en el caballo como tres soles y, pese a todo, resultó el mejor del encierro: Con él se fajó Juan Bautista con soltura, lidiándolo estupendamente y logrando una oreja pese a la estocada caída pero muy efectiva que echó por tierra al animal.
Tres cuartos de plaza, un sol de castigo y una corrida presidida por el alcalde de la localidad David Encinas quien estuvo acertado en sus decisiones. Las peñas de la solanera cantaron al final de la corrida todas juntas el corrido mejicano «sigo siendo el rey» y el piso de la plaza irregular y con un riego escaso produjo una polvareda insufrible prácticamente toda la arte.
Y vamos con las actuaciones toreras que para eso se compone esta crónica.
Abrió plaza el diestro francés Juan Bautista, a quien nadie va a descubrir ahora en su torería, honradez y sitio. Empezó muy bien su faena en el que abrió plaza, doblándose con estilo por bajo y sometiendo al de Navalrosal para enjaretarle un par de series con ambas manos muy aplaudidas por la concurrencia. La estocada, caída y casi chalequera, le privó de premio. Según me contó el mismo diestro el estoque pinchó en una banderilla, resbalando y clavándose en el bajo del toro.
En su segundo tomó las riendas de la lidia llevando al animal al caballo en dos ocasiones y además recibió una tercera vara de propina, pese a estar cambiado el tercio. El pitón claro del animal fue el izquierdo y ahí cimentó el francés su faena seria, asentada, firme, poderosa con temple. Un pase circular de larga duración y el del desprecio para acabar la faena encandilaron a los espectadores. Tras perfilarse entra a matar con decisión logrando una estocada caída de efecto casi fulminante y los pañuelos tremolaron pidiendo la oreja que se le concedió.
Morenito de Aranda pechó con un lote bronco y rajado. Muy mal lidiado por la cuadrilla, al animal lo despertaron del letargo y cada vez que el torero intentaba estirarse, no lograba resultado artístico. Además pasó un quinario con la espada, precisando de varios pinchazos, dos medias y dos descabellos y recibiendo un recado en forma de aviso.
Pero Jesús se desperezó y sacó su raza torera ante el quinto de la tarde, otro ejemplar con querencia a toriles y con síntomas más que evidentes de manso y rajado. El de Aranda sacó al toro de la querencia y todo lo que tenía dentro con esfuerzo y entrega, con ambas manos. Con la mano izquierda en una serie estuvo en torero bueno, grande, macho. Muy esforzado pese a que no parecía que el animal respondiera a su gesta, pinchó sin soltar por dos veces y logró una perfecta media estocada en el sitio que acabó con el animal. Parte de los espectadores de la sombra pidieron la oreja, protestando el sol y Moreno saludó desde el tercio, recibiendo una merecida ovación.
Completaba la terna el joven Rubén Pinar que nos dio el susto de la tarde al ser prendido sin consecuencias por el primero de su lote, cuando estaba instrumentando una serie con gusto y torería. El diestro se sobrepuso con el agua milagrosa que le echaron en la misma barrera y salió decidido a triunfar en el que cerraba plaza, el toro de más peso y cuajo del encierro. Muy bien estuvo Pinar con este toro al que mató de estocada, tras pinchar en lo alto. La petición mayoritaria del público hizo que la oreja cayera en su esportón merecidamente.
En resumen, la primera de feria de Roa decepcionó en cierta manera a cuantos tenían puestas sus esperanzas en estas reses que cría Ramón Navalrosal, donde solo salvaron la cara y la corrida dos de los seis lidiados esta tarde y donde se mostró la excepcional torería de Juan Bautista, un torero francés consagrado ya en el circuito y de Morenito de Aranda que dio una lección de toreo ante un manso de solemnidad, con una faena de exposición, torería y ganas.
Reportaje gráfico: José SALVADOR
Galería en la sección de fotografías: José Fermín Rodríguez
Esplanada dice
Parece que estuvimos en distinta corrida,al usia se le paró el reloj sobre todo con morenito de Aranda indolente y sin ganas y no digamos lo de cambiar dos toros uno con dos banderillas y otro con tres,lo siento la interpretacion se puede hacer como se quiera pero los hechos acaecieron así,no sé si el sr presidente ha hecho el curso pero si es así debia de repetirlo.Y no vamos a entrar en el ridiculo comportamiento de los banderilleros al pedir con gestos y a voces los trofeos para su torero