Pocas oportunidades se abren a muchos toreros y cuando estas se producen suele tener una marca indeleble de esfuerzo, importancia y seriedad que no son compatibles con algunas de las figuritas de papel que vuelan por las plazas como los papelillos que señalan la abrigada del viento en tarde de toros.
José Miguel Pérez «Joselillo» toreó ayer en Vitoria como suele hacerlo él siempre con arrojo, valor, entrega y afición y también con gusto y seria tranquilidad. Nada menos que tenía enfrente a los Palhas de Joao Folque, pedazos de toros, bravos, duros, difíciles y encastados. Y me dicen desde Vitoria que por allí Joselillo y su compañero Sánchez Vara que abrió la puerta grande, se las vieron mano a mano con toros de usía, de los de verdad, de los serios y complicados. De manera que en Vitoria ayer por la tarde se vieron toros y además se vio torear.
Joselillo no tiene demasiadas oportunidades. No le llamaron en esta ocasión a Pamplona, sitio en donde el recuerdo a sus faenas valientes frente a los de Dolores Aguirre, han quedado marcadas en los anales toreros del coso pamplonica. Pero las cosas con como son y cuando se dice que esto parece ser sota, caballo y rey, algo así en el arte de torear y de poder a los toreros frente a las astas de un toro bravo, razón llevan muchos que dan su objetiva opinión al respecto. Aunque las oportunidades, como la ocasión la pintan calva, hay que aprovecharlas cuando se dan. Y Joselillo ayer aprovechó la de Vitoria en la feria de la Blanca.
Joselillo tiene otra cita ya el próximo mes en Valladolid, en la plaza del Paseo de Zorrilla, durante la feria frente a los de Araúz de Robles, en la corrida de los toreros de la tierra junto a Luguillano y Pablo Santana. Un festejo reivindicativo sin ninguna duda, local, pero lleno de significado a cuantos se visten de luces por estos lares vallisoletanos.
Joselillo, entrenamiento y esfuerzo, callado y constante, siempre dispuesto para deshacer el esportón y vestirse de luces allá donde le llaman y con lo que le llaman, como esta de Folque de los «palhas», toros con pronunciamiento, bravos, duros, difíciles, pero que dan y ponen en el sitio a muchos toreros. Y ayer a Joselillo le pusieron de nuevo en el escaparate que merece, gracias a él mismo y a su toreo de esfuerzo.
Foto: José SALVADOR
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