Una tromba de agua exagerada que ha anegado el suelo del ruedo de la Plaza de toros de Zamora, dejándolo impracticable para la celebración de la corrida de rejones anunciada para esta tarde ha obligado a la Autoridad, rejoneadores, cuadrillas y empresa a SUSPENDER el festejo anunciado para hoy en el que tenían que intervenir FERMÍN BOHORQUEZ, DIEGO VENTURA y SERGIO GALÁN.
Una corrida que había levantado una inusitada expectación entre los espectadores de Zamora por el estupendo trapío de los toros de Arucci y la ilusión despositada en ella por la empresa Eventauro, adjudicataria de la feria.
El aguacero tormentoso empezó a descargar a las seis de la tarde y una hora después aún seguía cayendo agua aunque en menor intensidad.
El barrizal en el que se convirtió el ruedo, incluso una hora después de la prevista para el inicio del espectáculo, hacía imposible las evoluciones de jacos y toros con un mínimo de seguridad para los jinetes.
La cara de contrariedad de Rosa Valdeón, la alcaldesa y de los miembros de la Corporación municipal en la plaza de toros era todo un poema ante la imposibilidad de celebración del festejo con la seguridad requerida y vistosidad para el espectador que abona la entrada y tiene derecho a presenciar íntegramente y en las debidas condiciones reglamentarias el mismo. Especialmente por ser la primera de las citas taurinas que abría la feria de San Pedro de este año 2010 la contrariedad ha sido mayor en la primera edil zamorana.
Las peñas, cuyos miembros habian venido desfilando entre el aguacero, están caladas hasta los huesos y se lo han tomado con la resignación necesaria.
Eventauro ha procedido a la devolución del importe de las localidades en las taquillas de la plaza de Zamora.
Tanto Abraham Corpa como Cipriano Hebrero han debido resignarse, como todo el mundo, a la situación meteorológica sucedida que en el momento de redactar esta crónica de urgencia persistían los truenos y la lluvia en la ciudad de Doña Urraca.
Poco a poco, los espectadores abandonaban el ruedo del Coso de la Amargura, mientras que la megafonía de la plaza repetía una y otra vez la suspensión de la corrida y la devolución del importe de las localidades a los espectadores que en gran número se habían desplazado a presenciar el festejo.
Los últimos en abandonar las dependencias de la plaza han sido los componentes de las peñas que amenizaron la inclemencia del tiempo con cantos, jolgorio y alegría pese a la mojadura recibida a causa de la tormenta.
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