Poco público en el tendido vallisoletano, apenas un cuarto escaso del aforo, y una novillada con detalles y destellos muy débiles de los novilleros convocados al festejo en una tarde extremadamente calurosa, con pelusa de chopo en el ambiente, estornudos y alergias sin olvidar una indisposición de un aficionado, familiar de la ganadera Tere Molero, que presenciaba en la barrera la novillada y que tuvo que ser atendido por los servicios médicos de la plaza, a cargo de los doctores Rabadán y … [Leer más...]