Esa era una de las conclusiones a las que más de un aficionado puede haber llegado, tras contemplar las evoluciones, las faenas, los trasteos, el ir y venir, el parar , templar y mandar que es el abc del toreo, de los tres novilleros que ayer disputaron en El Espinar la gran final del circuito de novilladas.
Quienes seguimos por la televisión el desarrollo del festejo íntegro, sin corte de luz, tal y como les sucedió a los de Salamanca, a los extremeños y a parte de los andaluces tras el fallo de interconexión de la red eléctrica nacional con Francia y Marruecos que les dejó a buenas noches y sin luz durante una buena parte de la novillada, prestando atención a la lidia al completo sí que podemos hacer y dar nuestra opinión tras lo contemplado.
El ganado elegido para la ocasión perteneciente a José Escolar y a Pedraza de Yeltes estuvo muy por encima de los novilleros. Tal vez quien mejor desarrolló la torería, el poder y el mando en plaza lo mantuvo el abulense Sergio Rodríguez quien seguramente hubiera sido el ganador absoluto caso de haber acertado con el acero. Pero para eso se está preparando, para ser matador de toros.
El encierro, muy bien presentado, con casta, acometividad, raza, temperamento y dificultades puso en un brete en más de una ocasión a los novilleros. A mi juicio, los toros estuvieron muy por encima de sus lidiadores. Cuando un toro tiene el movimiento y la bravura, es cuando la emoción se palpa entre el público espectador. Y ayer los de Escolar y los de Pedraza pusieron su bravura en la arena del coso segoviano de El Espinar.
Pensar que ya está la fruta madura para acceder al escalafón superior y tomar la alternativa es prematuro cuando la formación de un torero exige tiempo, dedicación y formación que hoy en día parece, no solo en este orden de la vida, como si se diera todo por bueno y por válido, con la nota de inmediatez. Para que una casa aguante estoica los embates del tiempo, vendavales, lluvias, nieves y granizos, es preciso que los cimientos estén suficientemente agarrados, sean firmes y sus hechuras estén conformadas en roca firme.
Otra cosa es la labor hecha por toda la organización y colaboradores: Por la Junta; la Fundación; RTVCyL; los miembros del Jurado; las empresas de Nacho Matilla y Rafael Ayuso que han guardado todas las disposiciones sanitarias para que el Ciclo de novilladas con picadores de Castilla y León haya sido todo un éxito, pues quien organiza debe poner todos los medios a su alcance. Eso no hay quien lo discuta.
Otra cosa es querer ser torero y suplir las dificultades, la escasez de práctica y ganar un prestigioso premio con poco merecimiento de obra y autoría en esa misma tarde.
Por eso, en algunas ocasiones, los premios pueden y deben quedar desiertos.
FICHA DE LA NOVILLADA:
Plaza de toros de El Espinar, Segovia. Novillada con picadores, final, del Circuito de Castilla y León. Lleno en el aforo permitido.
Novillos de Pedraza de Yeltes y José Escolar, el quinto como bis. Bravos, nobles, exigentes, encastados los seis.
Antonio Grande, oreja y palmas tras aviso.
Manuel Diosleguarde, oreja y oreja.
Sergio Rodríguez, ovación tras aviso y ovación.
Foto: José FERMÍN Rodríguez
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