La pretensión del Centro de Asuntos taurinos de la Comunidad de Madrid para prohibir en el reglamento de espectáculos taurinos populares los toros de cuerda y los embolaos es un error mayúsculo que se volverá en su contra, sin duda ninguna y más pronto que tarde.
El torero Miguel Abellán es quien representa a esta entidad en la figura al ser su actual director, responsable visible directo ante los demás, y encabeza la propuesta e introducción del cambio para que se prohíban estos tipos de festejos taurinos populares.
En el comunicado, la Plataforma en Defensa de los Festejos de Tauromaquia Tradicional muestra su «sorpresa y enorme decepción» tras la lectura del proyecto de cambio de reglamento de espectáculos taurinos populares en la Comunidad de Madrid: «Este nuevo reglamento se olvida del sentir fundamental del aficionado a los festejos populares, sin cambios que fomenten la participación libre de aficionados a todas las modalidades de festejos».
Responsables de la Plataforma a favor de la Tauromaquia popular denuncian «el uso de términos antitaurinos en dicho proyecto, absolutamente carentes de base científica y por tanto no vamos a permitir que se discrimine ni se califique a festejos taurinos tradicionales como el toro de cuerda o embolado de maltrato animal, algo totalmente falso y por lo tanto impropio de un texto legal que pretende regular los festejos populares».
Casi nadie se acuerda ya que la Tauromaquia, toda la Tauromaquia, está protegida como cultura popular y por tanto querer meter de matute en el nuevo reglamento la prohibición de los toros de cuerda y embolados, creyendo los responsables acomplejados que van a ser defendidos mejor los intereses taurinos, es un error mayúsculo.
Miguel Abellán y la Comunidad de Madrid están más que a tiempo para rectificar esta nueva andanada contra la Tauromaquia popular donde los antis, poco a poco, sin prisa pero sin pausa, están consiguiendo su propósito que no es otro que acabar definitivamente con todo lo que conlleve el juego eterno del hombre con el toro.
Bien palmario está el ejemplo en Castilla y León, en donde las Cortes regionales dieron luz verde a un decreto por el que prohibían el Torneo del Toro de la Vega en la modalidad que los siglos habían dejado en su poso de historia, eliminando la muerte en público del animal y que no han acallado las voces, antes al contrario, de cuantos siguen erre que erre queriendo eliminar un ancestral festejo taurino, el más antiguo que se conserva en España.
En resumen, si en la Comunidad de Madrid se suprimen en la modificación de su Reglamento taurino los toros ensogados y embolaos, que Benavente, Medinaceli y otros toros famosos vayan poniendo sus barbas a remojar. Lo malo es que esto lo promuevan y apoyen taurinos, como Miguel Abellán en Madrid.
Deja una respuesta