En la tierra de Marcos de Celis, el torero palentino cuyo busto luce a la entrada del coso de Campos Góticos, hay un grupo de aficionados que constituyen la peña taurina palentina en donde guardan con esmero y delicadeza muchos recuerdos de quienes vestidos de luces acudieron un día a honrar a San Antolín y mostrar su arte. Fotografías sin cuento, ediciones, carteles, murales, dibujos… En fin una amalgama de colores y tenue polvo concitan el interés de los aficionados. Pero también atraen unos toreros de hierro, fabricados y soldados a base de tuercas de metal. Ya por saciar la curiosidad, merece la pena echar el viaje.
¡Cuánto le hubiera gustado a mi sobrino nieto Rubén contemplar la plaza de toros con sus toreros, areneros, mulilleros, guardias, público, caballos y toros hecha con tuercas de tornillería, engarzadas y soldadas unas con otras para conformar la figura del lance, del pase, de la vara o de la estocada, tal y como se muestra en esa capilla torera de la Peña taurina palentina!.
Seguro que estaría diciéndome y ese picador, y esa montera y ese jabonero y ese banderillero, en un atropellado brote solicitando una explicación de lo que veía.
Un hombre de Palencia llamado Jesús de Luis Estaca es el autor de tamaña originalidad que puede ser contemplada entre un amplio abanico de fotografías, recuerdos e impresiones gráficas dejadas en su momento y que se cuida, protegen y muestran orgullosos los miembros activos de dicha institución peñera, ayer llamada de El Regio y hoy con la denominación de PEÑA TAURINA PALENTINA.
Ayer, sin ir más lejos, estuve en ese lugar dando una charla sobre el Toro de la vega de Tordesillas, explicando su historia y su razón de existir. Sus directivos me acogieron con hospitalidad, amabilidad y cariño, especialmente su Presidente Jaime Caballero junto al Secretario actual José María Porras.
¡Qué aficionados taurinos hay en Palencia a la fiesta de toros!. Son capaces de mantener todos los jueves del invierno coloquios y conferencias taurinas con lo más variopinto de la Tauromaquia, a lleno total de «no hay billetes».
Pero a lo que iba. En esta nota destacar los toreros de hierro que pueden verse allí y la invitación para pasar unas horas en Palencia junto a la bella desconocida que para mí fue María Luisa en la calle Mayor antigua al número 46.
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