El anuncio del cartel de la corrida de la Cultura que se organiza este año en Madrid además de guardar la similitud con el álbum musical del «Sargento pimienta» de los Beatles por aquello de homenajear el medio siglo de aquellos sonidos musicales uniéndolos con los de la fiesta taurina que tan buen maridaje tiene aunque no sea así en la plaza de toros de las Ventas, pues la música no acompaña durante las faenas de los diestros por una vieja tradición que ya se debería haber cambiado, contiene en sí mismo la paradoja de intentar hacer normal lo que no es tanto.
El acompañamiento de toreros de época a los tres matadores que van a despachar esa corrida, Morante, Cayetano y Ginés Marín como triunfador en la pasada feria de San Isidro une en su mismo destino el ayer y el hoy en esto de la Fiesta de toros. Es palpable que su raíz del ayer es por la que se nutren las hojas de hoy y uno de los aciertos que podrían darse es que en esta ocasión sonara la música durante la faena de muleta a cargo de los toreros, rompiéndose así aquel maleficio del curioso suceso ocurrido durante la celebración de la llamada “Corrida de la Victoria”, celebrada el 24 de mayo de 1939, primer festejo taurino que se celebraba en la plaza después de la guerra Civil. Solo sonaría el 16 de noviembre de 1966 en honor del matador Antonio Mejías “Bienvenida” que actuó como único espada y tras banderillear al sexto toro de la tarde con tres soberbios pares, brindó la muerte de su último toro a su hermano Pepe y la Banda de Música con el permiso del presidente, interpretó un pasodoble.
De manera que si se quiere engarzar la música con los toros y todo lo que ello significa, tal vez estaría bien que al menos en esta ocasión sonara en Madrid la música durante la faena de los diestros si se hacen acreedores a ella.
Este diseño realizado por José Ramón Lozano reproduce en imitación la composición aquella de los grandes músicos de Liverpool.
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