Ya está la vorágine de fiestas en marcha y las empresas, tanto las grandes como las pequeñas trabajan día a día para procurar que la cartelería esté tiempo y forma, el festejo programado tal cual, los papeles realizados, la administración enterada y con el autorización despachada. Y luego el tiempo que acompañe que ese suele ser el último escollo de dificultad antes de celebrarse un festejo taurino.
Los calores de estos días, ya pasado el cuarenta de mayo y quitado el sayo, quitan ropa del cuerpo y alegran en más de una ocasión la pajarilla de quienes andamos por la calle, al ver que el estío además de amodorrar tras la comida es un buen escaparate de cuerpos serranos.
Llega ahora, antes de los fastos del Corpus con importante cartelería en Granada y Toledo, la fiesta de la Trinidad y en algunos lugares es momento de fiesta de toros, como no podía ser menos y tradicionalmente ha sido.
Una de las provincias que destaca en este sentido es Ávila de los Caballeros, la ciudad y sus pueblos, corriendo toros y dando festejos para gusto y deleite de la afición. Así el domingo, el coso de la capital se viste de gala para albergar una formidable corrida de toros con la intervención de Enrique Ponce abriendo cartel y Alejandro Talavante cerrándolo, mientras que César Jiménez completa la terna. Sin embargo, nuestro cometido hoy aquí en este comentario es destacar la actividad torera en un pueblo serrano, situado en el valle del Tiétar en esa zona entre Madrid y Castilla que llaman de «El terror» por aquello de echar morlacos con trapío, presencia y bravura. Uno de estos pueblos en el que hoy nos queremos fijar es Sotillo de la Adrada, al lado mismo del Tiemblo y de los toros de Guisando donde Isabel quedó proclamada princesa de Asturias y heredera del trono de Castilla. Pues bien en Sotillo de la Adrada, en su plaza serrana, no obstante sin callejón, pero coqueta, acogedora y bonita, celebra una novillada con picadores de las consideradas duras.
En Sotillo no vale cualquier cosa. Los toros tienen que ser grandes, armados, duros, bravos y encastados. Y la empresa que realiza estos festejos debe saberlo bien para no tener problemas.
En esta ocasión han elegido una novillada con picadores en la que se lidiarán reses de Alcurrucén para Borja Álvarez; Jorge Expósito y David de Miranda, tres chavales que aspiran a ser toreros y tomar la alternativa en poco tiempo. El fielato que la terna debe pasar es aquí más que notable y seguro que deja poso profundo en todos ellos.
Quien lleva esta plaza es Mariano Jiménez, el torero madrileño ahora dedicado a este menester de organizar festejos taurinos, además de representar los intereses del diestro Morenito de Aranda. Todo un trabajo hecho junto a José Ignacio Ramos y Luis Miguel Rodríguez conformando el equipo de la mercantil «Espectáculos taurinos y gestión» que en su afán de fomentar la Tauromaquia celebran la víspera en Arenas de San Juan (Ciudad Real) un certamen de Escuelas taurinas de importancia.
Ávila, con Sotillo, el Tiemblo y la propia capital abren así el abanico taurino del mes de junio, por lo que el interés informativo y la atención están en las tierras de Santa Teresa.
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