No puede decirse que León sea contrario al triunfalismo pues la media plaza que hoy se ha dado cita en el coso llamado Arena ha ovacionado, gritado, aplaudido y animado a los toreros de esta tarde como no digan dueñas. Todo estaba bien para ellos. Todo era alegría y entrega.
Y eso que la corrida de los Hermanos Tornay ha sido terciada, anovillada, con escasa fuerza y baja de raza excepto el cuarto de la tarde de nombre «hojalata» con 515 Kg de peso, bien es verdad que en la tablilla anunciadora, porque en la realidad lo dudo, apreciando la romana sobrada del ejemplar a ojo de buen cubero. Pero dejemos el matiz y vayamos a lo visto y expuesto hoy en ese coso leonés en donde reverberan los gritos, las músicas y los sonidos con toda la fuerza en la cubierta del coso.
Se han lidiado seis ejemplares de la andaluza divisa de Hermanos Tornay para El Cordobés, silencio y dos orejas. El Fandi, una oreja y dos orejas y Cayetano, oreja y palmas.
Se dio la circunstancia que se trabucó el orden de lidia de los toreros, abriendo plaza como primer espada el Fandi en lugar de El Cordobés, pues David tenía que lidiar mañana en Perú y era preciso adelantar su intervención a fin de poder coger el avión que lo traslada en estos momentos a la capital peruana donde torea mañana día 26 de junio. Ni por la megafonía de la plaza se anunció dicho cambio con lo que todos mostrábamos extrañeza del cambio de salida de toros y de intervención de los diestros. Se ve que la Presidencia de la Plaza ni conoce ni entiende que el Reglamento es taxativo al respecto y que debe anunciarse dicho cambio por la megafonía de la plaza.
Como debería haberse anunciado que al finalizar el paseíllo sonaría el Himno Nacional. Cuestión que sucedió pero con cada torero por un sitio. Los espadas por un lado, los picadores por otro, los subalternos en las barreras…En fin un despropósito al sonar el himno tras romperse del todo el paseíllo.
Con ocho minutos de retraso respecto de la hora anunciada empezó el festejo.
Abrió plaza «hojalata» de 490 kg. al que el Fandi le instrumenta dos largas cambiadas de rodillas en el tercio. El toro protestó en la vara que recibió, escasa, pequeña, sin apreturas. Banderilleó muy bien el Fandi, especialmente un par al violín muy aplaudido. Su faena la comenzó hincado de rodillas y desató las ovaciones del público en alguno de sus mejores momentos, pero el toro, noble pero sin fuerza ni acometividad recibió una estocada entera que lo mandó al desolladero entre los aplausos de parte del público. Muy pinturero ante el cuarto, otro «hojalata» de Tornay algo más enrazado y acometedor que sus hermanos. Creo que este fue el mejor toro del encierro. Fandi aprovechó las embestidas del ejemplar con alardes y desplantes que encandilaron al público rompiendo en estruendosa ovación. Acabó con una serie de molinetes y abaniqueo por la cara antes de lograr un pinchazo y estocada trasera entera que le valieron las dos orejas.
Manuel Díaz «El Cordobés» toreó al «líbano», un toro flojísimo y sin fuerza, muy protestado por el público. Si le bajaba la mano, el animal caía, con lo que la media altura fue nota dominante de la faena con cierto deslucimiento en toro y torero. Tras una entera caída recibió un aviso del palco. Donde estuvo mejor y más entregado fue ante el quinto de la tarde, por aquello de no hay quinto malo al que logró desorejar por partida doble y garantizarse así la salida por la puerta grande de la Plaza.
Cayetano pechó con el anovillado «palmero» al que saludó con poca gracia con su capote de grana y oro. Brindó la faena al público y empezó la misma sentado en el estribo. La música se arranca con los primeros compases de la faena y el público le aplaude hasta por las intenciones. Tras pinchazo y estocada le otorgan una oreja muy generosa. Y con el que cerraba plaza otro toro casi imposible, poco pudo hacer el torero, recibiendo las palmas del respetable.
En fin la corrida de San Juan en León no pasará a la historia de la singularidad inolvidable por belleza, entrega, temple y mando de los toreros, además de la bravura de los toros, pues aquí lo único que estuvo bien fue la alegría y entrega ante cualquier cosa que hicieran quienes hoy salieron vestidos de luces con el esportón atiborrado de orejas. Un festejo mejorable en concepto, presentación y hechuras de los toretes lidiados, pero también en los premios otorgados, pues hasta los toros mansos, bajos de raza y deslucidos fueron aplaudidos en el arrastre. Y es que la generosidad de la afición leonesa no tiene ni conoce límites.
FICHA DE LA CORRIDA:
LEON. Corrida de Toros. Media plaza. Toros de Hermanos Tornay, bajos de raza y fuerza, alguno anovillado para
El Fandi, oreja y dos orejas. (Salió de la plaza con permiso de la Presidencia al acabar con el cuarto de la tarde)
El Cordobés, silencio y dos orejas
Cayetano, oreja y Palmas.
Fotos: José FERMÍN Rodríguez
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