Había expectación en los alrededores de la plaza de Palencia por la corrida de hoy en la que iban a lidiarse seis ejemplares de Garcigrande y Domingo Hernández por los diestros Julián López El Juli; José Mª Manzanares y Alejandro Talavante que entró en sustitución de Julio Aparicio. Y la verdad es que el rún rún de los comentarios se cumplió con creces, toda vez que los toros resultaron nobles y bravos, a excepción del soso primero y los toreros estuvieron entregados en sus faenas, logrando los tres abrir la puerta grande con faenas de mérito. Que luego no salieran por el arco del triunfo toreril es otro cantar, puesto que Juli y Manzanares acudieron a la enfermería a interesarse por su compañero Talavante herido en un gemelo por el toro que cerraba corrida y al que le recetó, pese al puntazo recibido en una serie por naturales y quedarse al descubierto de la res, una estocada que le valió conseguir las dos orejas del animal.
Al entrar saludé a Domingo Hernández y a su esposa Concha Escolar, ganadera de estirpe ella, y ganadero de moda él, a juzgar por el juego que dan las reses de esta ganadería y la apetencia que de ellas tienen los toreros por su repetición, clase y nobleza en la embestida. Deseándole la mejor suerte del mundo, como le dije, para quien ya la tiene, me despedí del matrimonio que tuvieron para conmigo palabras de afecto, porque la corrida iba a empezar.
Los tres maestros estuvieron bien. Juli en su línea prácticamente insuperable, haciendo las cosas con la sencillez y la armonía de quien tiene cogido el tranquillo a unos toros que se encuentran en la cresta de la ola en estos momentos, puso en el primero, sosote, todo de su parte y aunque pinchó, fue premiado con la oreja de su enemigo, galardón excesivo para la faena hecha ante casi tres cuartos de plaza. Sin embargo, en el cuarto, un castaño que brindó al público y que tenía 478 Kg. de romana, estuvo fenomenal por ambos pitones, con entrega y haciéndolo fácil y lindo que dería un mejicano. Despacha al animal con media en todo lo alto, dejando patas arriba al toro. Los espectadores piden los máximos trofeos que son concedidos por la presidencia y aplauden con fuerza el arrastre del toro.
José María Manzanares gustó más en el quinto que en el segundo, aunque en ambos cortó una oreja. La faena al quinto, engatillado de cuerna, que se le coló por la derecha en los lances con el capote y derribó al caballo del picador, fue bella. Estuvo asentado, firme, cadencioso, con el temple que atesora este hombre con la muleta, aunque no desbordó su arte el tarro de las esencias. Una estocada en lo alto, un pelín contraria, le hizo acreedor de la oreja del animal y tener la salida por la puerta grande.
Me gustó Talavante en el que cerraba plaza. Había toreado al geñudo y noble tercero, un petaco de 529 Kilos, por la derecha y con la izquierda, pero falló a espadas pinchando un par de veces hasta lograr la estocada y el golpe de descabello que atronó al animal, con un recado de la presidencia en forma de aviso. El diestro sabía que sus compañeros eran acreedores de la puerta grande y él no podía ser menos. Dispuesto, recibió de rodillas al castaño de 485 kilos que cerraba el festejo. Y luego con la muleta, quietud, variedad y temple en sus muñecas, llevando y trayendo al animal, haciéndole pasar por el terreno que él mismo pisaba. Con tanta fe se metió en el terreno del toro que no se dio cuenta que en cualquier momento el animal podía cazar presa. Y así fue. Al dar un natural quedó descubierto y el toro le arreó un viaje, enviándole a los aires de Palencia y cayendo de mala manera. El cuerno había clavado en un gemelo del diestro. No obstante, sobreponiéndose a la lesión, siguió encelando al toro con otra serie muy torera. Después el estoconazo y las dos orejas, pasando a la enfermería.
En resumen, buena tarde de toros en Palencia, a cargo de tres figurones del toreo en estos momentos. Y Domingo Hernández contento por el éxito de sus toros, que para eso les cría. Y mañana la penúltima de la feria con el esperado Morante de la Puebla en el cartel, Leandro que entra por Cayetano y el palentino Carlos Doyague.
PARTE MÉDICO DE TALAVANTE
«Herida punzante en el tercio superior, cara interna de la pierna derecha, con trayectoria ascendente que interesa al músculo gemelo interno, produciendo importantes destrozos musculares en el músculo gemelo interno. Bajo asistencia local y sedación intravenosa explora herida y se hace limpieza quirúrgica. Sutura parcial de la herida dejando un drenaje. Pronóstico grave. Tras ser intervenido en la enfermería de la plaza de toros es trasladado a hospital general Río Carrión de Palencia”.
Deja una respuesta