Empezaba el año actual y José Ignacio Uceda Leal entraba en la cercanía de la veintena de años de alternativa, diecisiete exactamente en estos momentos, a punto de alcanzar la mayoría de edad en este menester. Y eso son palabras mayores. A Uceda lo conocí, tras su visita a la zapatería artesana tordesillana de Julián Rodríguez para encargar unos botos, leguis y fajones camperos de esos que «Julián el zapatero» ejecuta con labor primorosa, fama merecida y demanda más que exigente por parte de los profesionales del mundo taurino que acuden a su casa en la calle de San Antón de Tordesillas y en un vermú en el «mesón castellano», justo al otro lado de la estrecha calle de la Villa compartimos charla, vino y comida. Compartir el pan y la sal como suele decirse para intercambiar opiniones, preguntas y respuestas a las demandas taurinas que siempre surgen en cualquier conversación.
Pero ese no es el asunto por el que esta página que dirijo quiere traer hoy a este torero, grande y espigado, de buena planta, serio, asentado y uno de los matadores mejores que hay ahora mismo en activo por el manejo y ejecución de la suerte suprema. A José Ignacio Uceda le apodera Carlos Zúñiga desde hace cuatro años, luchando con él por plazas, ciudades y pueblos, buscándole carteles en los que demostrar su arte y su torería. Hecho como torero en la escuela de Madrid donde recogió y aprovechó las enseñanzas de «Tinín» y de Gregorio Sánchez, se vistió de luces por las tierras francesas de Mont de Marsan un caluroso mes de julio. Después de años de lucha novilleril llegó a tomar la alternativa en Madrid de manos del faraón de Camas y en presencia como testigo de Julio Aparicio.
Hace unas pocas fechas acudió a tentar las vacas de los Hermanos Martín Alonso en Nueva Villa de las Torres, pueblecito cercano a Medina del Campo y José Ignacio se mostró sobrio, profundo y conocedor del toreo para mostrar la raza y el estilo de estas vacas tan peculiares que pastan por tierras de Valladolid con la sangre Contreras y Domecq. Acompañándole a picar Javier Bastida, joven muchacho de castoreño que está progresando a pasos agigantados, echando la vara con gracia y estilo y como subalterno, Jesús Miguel «Suso», el torero de Nava del Rey que está pletórico de colocación, oficio y entrega en estos momentos. Y para allá nos fuimos a verle y fotografiar algunos momentos de esa faena campera tan peculiar como es la de la tienta de vacas para madres en una explotación ganadera de reses de lidia.
Siempre que hemos hablado de Uceda Leal con «Cali», uno de los trabajadores más sinceros y leales de Carlos Zúñiga, a quien quieren en esa casa con locura, éste nos cuenta y no para de lo estupendo que es el matador madrileño a quien aprecia y estima de verdad. Y nosotros personalmente, sin que nos mueva la pasión, debemos reconocer la extraordinaria y segura forma de estoquear los toros, además de respetarlo como persona y como torero.
En estos momentos, José Ignacio Uceda Leal, en plena madurez y sazón, es uno de los primeros y mejores matadores que maneja la tizona, llevando en sí mismo ese sello que deben tener todos los diestros y su nombre no es otro que el de «matador de toros».
Fotos: José Fermín Rodríguez
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