¡Dios de misericordia con el «regalo» que nos llega a los distintos medios de comunicación de los cinco latinos!, toreros buenos, extraordinarios, únicos e irrepetibles que se encuentran en la cresta de la ola en estos momentos: El Juli; Perera; Talavante; Manzanares y Morante de la Puebla. Casi nada al aparato. Alegan en un comunicado hecho público que no torearán en la Maestranza de Caballería de Sevilla porque así lo han decidido: «El presente comunicado representa a los diestros José Antonio Morante de la Puebla, Julián López El Juli, José María Manzanares, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante. Comunican a la afición que no actuarán en la plaza de la Real Maestranza de Sevilla bajo la contratación de la empresa Pagés. La Junta de Gobierno de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla ya tiene conocimiento de esta difícil decisión y de sus razones, decisión que solo pretende que esta plaza recupere su identidad y se respete a los toreros y a sus representantes».
Más parece al oír la decisión adoptada por ese repóker de ases y el comodín de una inocentada propia del mes de diciembre que otra cosa. Sin embargo ello es verídico, cierto, decisivo y definitivo, ante el conflicto hecho cuerpo a causa de las contrataciones efectuadas por la empresa Pagés,
Los toreros son quienes se pasan los toros por la barriga, es verdad, y ellos son la principal causa por la que los toros y la fiesta tienen sentido profundo. Pero también el sentimiento del aficionado debería sopesarse al privarles una temporada, o más vaya usted a saber en qué quedará al final la cosa, de no poder apreciar su torería, sus maneras, su forma de andar en la plaza, la lidia ante un toro bravo en ese templo señero de la Tauromaquia que es Sevilla. Pero no olvidemos que también la empresa tiene su razón de conformar y adoptar la resolución cuya forma más idónea y adecuada guarde y proteja su cuenta de resultados.
El conflicto ha estallado y ha abierto una brecha de difícil restañamiento. Es una grieta por la que se va el agua de la Fiesta. Ahora bien, si la presa se abre del todo a consecuencia de esta decisión de esos cinco importantes toreros, que son quienes tiran económicamente de un abono para cualquier feria y plaza en estos momentos, reparar la misma será un ejercicio de titanes en el futuro, porque sencillamente quedarán bastantes pelos en la gatera de unos y de otros.
Qué duda cabe que habrá aficionados que piensen que se puede paliar esta decisión y suplirla con otros diestros. ¡Cierto!. Ahora bien, el daño a la fiesta de toros en un emblema, en una insignia como es la Maestranza de Sevilla, en un recinto que rumorea el Guadalquivir, puede ser grave, muy grave, sin la presencia de esos cinco toreros, sobre todo ahora que la Fiesta es un canto al valor, al arrojo y al arte y también al encuentro admirable, a una forma de entender la vida y a ofrecer un espectáculo agradable, visual, sentido y económicamente rentable para muchos. Pero en la decisión tomada esta tarde, quiero pensar que meditada, razonada y sopesada, a ver ahora quién restaña, quién alivia, el dolor moral del aficionado que compra su entrada y mantiene viva la llama de la Tauromaquia.
Ricardo Furones Martinez dice
Excelente comentario-Disertacion