La XVIII gala taurina de Castilla y León celebrada a plaza llena, hasta la bandera como se dice en el argot torero, resultó un canto poético a la Fiesta de los toros, protagonizado por un ramillete de personas relacionadas con este fantástico mundo.
Antes de empezar se guardó un minuto de silencio en memoria de los fallecidos en el accidente de aviación de los Alpes con todos los espectadores puestos en pie.
Abrió el acto el Presidente de la Federación Justo Berrocal con un discurso comprometido con la causa de los toros, su fomento y su apoyo por la organización que preside, claridad en las ideas y a la vez reconocimiento a los premiados así como a la autoría de la Revista anuario que se entrega gratuitamente desde hace dieciocho años que empezó a editarse el primer número y que se distribuye por todas las federaciones de España.
El matador de toros vallisoletano Santiago Castro Luguillano recibió una placa conmemorativa por sus cincuenta años de alternativa como homenaje a toda su carrera. Santiago se emocionó al agradecer al público su calor, su asistencia y su aplauso. «jamás pensé que después de tantos años se acordaran de mí«.
También se entregaron los premios Pedro Iturralde a los triunfadores de la Feria de Valladolid, recayendo en su hijo Pedro Iturralde como mejor picador, en tanto el galardón al mejor toro y al mejor subalterno quedó desierto. El premio al mejor torero, cuyo panegírico de la faena hecha en el pasado mes de septiembre por Morante de la Puebla, uno de cuyos lances se reproduce en la portada del Anuario Taurino, fue pronunciado por la presentadora del acto, la periodista Lorena Sancho.
También recibió un galardón como profesional del toro de la calle y de los encierros populares, el ganadero Pedro Caminero Pérez quien agradeció la distinción que se le rendía desde los micrófonos habilitados en el escenario.
Por su parte, la Secretaria de la Federación María Adela Álvarez expuso al auditorio la decisión que había adoptado la Institución al no acudir a recoger el premio merecido José Antonio Morante de la Puebla. «No se hace entrega del mismo al diestro sevillano». Esta decisión se une a otras que ya se van adoptando por peñas de aficionados de no conceder el galardón si el interesado no acude a recogerlo ni expone causa justa de su ausencia.
Cerró el acto el poeta vallisoletano Ángel María de Pablos con un recital sentido y muy aplaudido por el respetable que siguió con interés todas y cada una de las declamaciones del rapsoda, especialmente una dedicada a Pacomio Peribáñez, torero de Valladolid y otra con el título de «banderillas».
En el siguiente reportaje gráfico de JOSÉ SALVADOR varios momentos destacados del acto y sus protagonistas.
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