Dos años después de lo previsto llegó Juan José Padilla a Zamora para recibir el homenaje que le preparó el Foro taurino de la ciudad de Doña Urraca. Señorial, elegante, agradecido, en torero, el diestro se emocionó en varios momentos de la noche, especialmente cuando los zamoranos que abarrotaron el salón de actos de la Alhóndiga zamorana levantaron un cartel con la leyenda «Padilla, sí» en contraposición con aquel que le censuraron los políticos de Barcelona hace un tiempo.
Dos años después Juan José Padilla agradeció personal y profundamente esta muestra de cariño que los aficionados zamoranos le rindieron, porque fue una vinculación entre ambas partes, verdadera, sincera y entregada como si se tratara de una gran tarde de toros cuando la comunión entre el público y el diestro es de total y absoluta integración.
Sonrisas, recuerdos, sin faltar las anécdotas de la vida,momentos duros, agobiados, pero también alegres, simpáticos y singulares en la vida de un caballero andaluz, del pueblo y para el pueblo, en que se ha convertido Juan José Padilla sobre todo desde el tremendo percance de Zaragoza, y que ha llegado a la cúspide de los héroes y elegidos para la gloria, aunque a él, como dice, le haya costado un ojo de la cara.
Amigos, toreros, aficionados, ganaderos entre ellos el titular del hierro más antiguo de España, el de Raso Portillo, periodistas, fotógrafos, hombres, mujeres y niños arroparon el merecido homenaje hacia Juan José Padilla, un torero que superó la adversidad con fe, entrega y esperanza y una resignación cristiana plena de sinceridad abarrotada.
Además a Padilla le cantaron fandangos y soleás en un momento de la tarde, a cargo de «clarito chico» al cante y Antonio Regalado,a la guitarra con voz profunda y modulada en la que el cantaor le echó la guinda en la última de ellas, al ponerse en pie y rechazar el micrófono para dársela a capella y seguidamente fundirse ambos, torero y cantaor, en un abrazo agradecido.



La mesa dirigida por Ana Pedrero y con la aportación de David Casas en las preguntas al torero abrieron el corazón del invitado, desgranando sus vivencias y lanzando al aire como si fueran pétalos de rosa retazos de su propia vida, recogidos con avidez y sonrisas de satisfacción por el público que concitó el FORO TAURINO ZAMORANO en una tarde espléndida, llena de luz, vida y verdad, tal y como es la realidad del toreo que personifica Juan José Padilla.
FOTOS: Arturo DELGADO BALLESTEROS
Deja una respuesta