Y seguramente el tercer novillo de la tarde de nombre «esaborio» mereció el pañuelo azul del Presidente de la corrida, Pablo Holgado. Porque los erales de los Hermanos García Jiménez resultaron bravos, nobles, con movilidad, galope y celo y rabo tieso, aplaudidos cinco de ellos en el arrastre, animales para gustarse, para torear y para lucir la gracia y el arte que cada torero atesora. Sin embargo, los novillos estuvieron muy por encima de la terna actuante esta tarde. La verdad es que se congratula uno con esta cabaña ganadera que está ofreciendo temporada tras temporada toros encastados y bravos como ellos solos.
Casi media plaza presenció este primer festejo en una tarde algo ventosa pero agradable de temperatura para asistir a los toros. Encuentro de viejos y nuevos amigos un año más, personal de la plaza, aficionados y profesionales con los que pasar un buen rato, intercambiar opiniones y saludos y, sobre todo, pedir a la Virgen de San Lorenzo que esta feria taurina resulte grata y provechosa para todos.
Y vamos allá con la novillada de esta tarde lidiada por una terna variada: El novillero de Villafrechós Jorge Sahagún que recibió silencio en el primero y ovación con saludos en el segundo de su lote; José Ángel Fuentes, un estilizado y menudo torero granaíno, silencio y vuelta al ruedo y Juan Antonio Pérez, un salmantino que dirige Juan José y José Ignacio Sánchez en la escuela de Salamanca, cortó la única oreja y recibió aplausos en su despedida.
Estas novilladas de promoción exigen en ocasiones cierta preparación más concienzuda, aunque tal y como están los festejos menores hoy en día de escasos y rechazados en muchos pueblos de nuestra región, no hay demasiadas oportunidades para los muchachos, con lo que, como suele decirse, el oficio si no se practica, difícilmente puede aprenderse. Y Valladolid, en las puestas en escena hasta la fecha, la liturgia se exige a todos, de forma escrupulosa, porque los toros precisan también orden y concierto, ánimo y trabajo, música y luz, cuidando todos los detalles de la corrida. Por algo la ciudad está calificada como «ciudad taurina» y hoy esta novillada ha tenido un desarrollo modélico.
Los chicos en general bien. Juan Antonio Pérez el salmantino hizo lo mejor de la tarde, estirándose, toreando con gusto, ligando y rematando los pases con galanura y estilo, pero, ¡ay el estoque!. Un calvario, pues las estocadas fueron defectuosas, bien por trasera, bien por tendida, cuando no pinchando. Las ganas de Juan Antonio estuvieron con la muleta, sobre todo el especial novillo tercero de la tarde. ¡Qué animal más bravo, más encastado, más repetidor y más noble!.
El andaluz de Granada José Ángel Fuentes, se le nota placeado, con estilo, sabiendo lo que tiene entre manos. Bien colocado y extraordinariamente grato en los quites. Luego con la muleta toreó mejor con la derecha en su primero que con la izquierda. Los muletazos templados, alargando el brazo y corriendo la mano sin dejarse enganchar. La faena, brindada al público, resultó algo larga, pero muy estético estuvo en los adornos finales. Se tiró bien a matar arriba, aunque pinchó sin soltar. Volvió a pinchar y recibió el recado de la Presidencia en forma de aviso. Luego una media y, por fin, llegó la estocada de la tarde tocando pelo y haciendo la suerte perfectamente. Lástima que fuera tras varios intentos. En el quinto de la tarde, un castaño bociblanco llamado «caralimpia» le sacó por bajo hacia el tercio, no faltando en su repertorio unos pases cambiados, un redondo entregado y un desplante en la cara arrojando los trastos. Logró la estocada algo delantera, tirándose arriba y fue premiado con la vuelta al anillo.
Y Jorge Sahagún, a quien molestó el viento en exceso y así mostró su contrariedad en algunos momentos de la lidia, había abierto plaza yéndose a porta gayola a recibir al «renacuajo» que abrió feria y novillada. Toreó demasiado acelerado, rápido, cuando el toreo tiene que ser espacioso, tranquilo, pausado, sin prisas pero sin pausas. Mejor con la mano derecha que anduvo aseado. Recetó al novillo una estocada al pulmón que echó patas arriba al ejemplar de García Jiménez. En su segundo, llamado «fotógrafo» el único de Olga García Jiménez en el encierro se le vio más tranquilo. Bien lidiado por Jesús Herrero y con un buen par de banderillas de Ramiro Herrero, aplaudido por el público, le sacó enseguida a los medios ofreciendo una faena aseadilla, donde lo mejorcito lo marcó con unos ayudados por alto al final de la faena. Pinchó arriba antes de lograr la estocada que echó al novillo y el puntillero despachó certeramente, para el desolladero.
En la lidia estuvo bien y atento siempre a los achuchones de los ejemplares hacia sus compañeros, quitándoles y cortando la embestida, Ramiro Herrero, llevándose airoso el novillo a otro terreno.
En resumen: Valtauro descorrió el cerrojo de la plaza de toros de Valladolid, ofreciendo un encierro encastado, bravo, con fijeza y movilidad por encima de la terna y unos chavales que deben seguir luchando, practicando y preparándose para acceder a esta profesión dura, difícil y complicada.
Fotos y galería gráfica de José SALVADOR.
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