Acabó el ciclo de novilladas para obtener el prestigioso galardón de «El Piñón de España» en Pedrajas de San Esteban con un desafío ganadero entre reses de Gabriel Rojas y de Cebada Gago lidiadas en esta ocasión por Javier Orozco, ovación y saludos; Joselete, aplausos y oreja y Darío Domínguez, silencio y oreja.
Los novillos bien presentados, con cuajo y romana han resultado bravos y nobles en general, especialmente los corridos en primer y sexto lugar de Cebada Gago y el segundo y cuarto de Gabriel Rojas, aplaudidos en el arrastre. El lidiado, por decir algo, en tercer lugar complicado y difícil, al que la cuadrilla de Darío instrumentó un sainete en catorce actos en la suerte de banderillas con un desasogiego, impropio de un profesional y al que habían picado de mala forma muy trasero, descoordinándose en sus movimientos de embestida el animal al salir del caballo.
Abrió plaza Javier Orozco, ante un toro de Salvador Cebada, bonito, que recibió dos varas y fue brindado al público por el joven novillero. Instrumentó una faena sobre todo por el pitón izquierdo con pasajes realmente de empaque y torería al natural. El animal embestía noble y repitiendo, pero falló con los aceros un triunfo que tenía ganado. Pinchazo, estocada y tres golpes de descabello atronaron al animal no sin recibir un aviso del usía. Ante el cuarto, de Gabriel Rojas, un novillo precioso de hechuras que peleó bien en varas y al que Orozco le toreó por ambas manos, en especial con la mano la izquierda no pudo redondear la faena al colocar una estocada muy tendida y trasera y precisar luego de varios golpes de descabello.
Joselete, que sustituía al anunciado Emilio Silvera, con un cruce de comunicados entre el propio torero y la empresa, dando cada parte su versión de la ausencia en esta tarde, cortó una oreja al quinto de Cebada Gago pese a recibir un golpe fuerte que hizo temer por la cornada en el muchacho, pero que se recuperó y tras el volteretón, mató al noble y encastado novillo de estocada entera, recibiendo la oreja por su arrojo y decisión. Ante el primero de su lote, manso y con cierto genio, estuvo muy digno. Bien el torero, dejándosela puesta para evitar que el animal se rajara. Dos pinchazos y estocada acabaron con el ejemplar, recibiendo aplausos.
Por su parte Darío Domínguez, valeroso al recibir de rodillas en el tercio con un larga al «empacador» de Gabriel Rojas que así se llamaba, pero de imposible continuidad en el resto de faena, con la lidia horrible y desconsiderada por la cuadrilla del iscariense, no se le fue al corral por la bondad del Presidente en dar los avisos en tiempo y forma. Inédito pues con su primero. Enfrentado al que cerraba corrida, que brindó al público, el de Íscar sacó genio y tras brindar con bríos al público intentó forjar una faena que resultó aseada, ante un novillo bravo, exigente y noble de Cebada Gago. Lo mejor los tres ayudados finales para acabar con un pinchazo arriba y media en el sitio que terminó con el ejemplar.
En fin, la novillada de hoy en Pedrajas, con casi tres cuartos de plaza, ha tenido unos utreros que podrían haber tenido otro trato, otra manera de entenderlos, en manos de los novilleros excesivamente precavidos y faltos de asiento y tranquilidad en esta tarde, donde Orozco puso los mejores momentos pero sin continuidad para redondear la actuación.
Y por acordarnos de casi todo, dar las gracias a la Asociación Cultural taurina de Pedrajas que en su local aledaño a la plaza de toros nos invitó a echar un trago y a un taco de jamón, hablando de toros.
FOTOS: José FERMÍN Rodríguez.
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