Si ayer se dio todo, hoy casi nada. En consecuencia se aplica el dicho de «días de mucho, vísperas de nada«. Algo así ha pasado en la segunda de feria de Íscar en la que se han lidiado cuatro toros cordobeses de la Castilleja, mansos como perros y sin raza y dos de las Monjas, corridos en quinto y sexto lugar, algo más entonados de bravura, pero inválido el que cerraba plaza, un cinqueño con cara de viejo, para Lea Vicens, silencio y aplausos; Miguel Moura, silencio y aplausos y Manuel Moreno, oreja y vuelta al ruedo.
La plaza registró media entrada del aforo en una tarde soleada, muy calurosa y amenizó la corrida la Banda Iscariense con la interpretación fantástica y acústica de un pasodoble precioso del que no recuerdo el título pero que lo tocaron en varios momentos en sus diversas intervenciones.
No ha servido para los caballeros y amazona rejoneadores de esta tarde la corrida. Ni para su lucimiento, ni para mostrar su pericia. Bien es verdad que Moura en el quinto y Moreno en el que desorejó anduvieron con temple, ganas y dándose el arrimón y la paliza con sus cabalgaduras. La oreja de Moreno, merecida, y eso que le costó cara al ver cómo uno de sus caballos era alcanzado por el bronco y mansote toro de la Castilleja produciéndole un jaretón en la pata trasera derecha.
A la rejoneadora francesa Lea Vicens, a quien vimos debutar y hemos seguido en varias de sus intervenciones, pese a venir triunfadora desde Bayona en la tarde de ayer, hoy la mujer no ha podido lucirse por la mansedumbre de su lote. Cerrados en tablas, descastados y dando el arreón, Lea demasiado hizo con «Bazuka» en banderillas y luego muy complicados de despachar con el rejón de muerte. En el cuarto estuvo como lo contamos «No entra en calor la rejoneadora francesa. El toro tampoco es un dechado de bravura. Bien en banderillas a una mano al quiebro. Sale ahora con «desafío». Le pone de manos en la cara y clava a una mano. En terreno comprometido el toro alcanza al caballo. Cambia de cabalgadura. Le coloca las cortas y las rosas. Con el rejón de muerte pincha en tres ocasiones hasta que el toro dobla. Aplausos».
No ha salido hoy de Íscar bien parada la simpática rejoneadora francesa. Otra vez será. Y eso que estaba su tutor Don Rafael Peralta en el callejón con ella.
Moura ha estado muy torero con sus cabalgaduras en todos los tercios excepto en el del rejón de muerte, mal utilizado al descordar al quinto, pero sintiéndose caballero a la jineta en este arte de Marialva. Vestido a la federica hizo un buen rejoneo. Y Manuel Moreno, el pupilo de Julián Alonso, muy entregado, arriesgando y colocando las zarpas y banderillas con sentido práctico. Una oreja merecida, la única de la tarde. «En el último, protestado por cojo. Escandalera y no lo devuelve el Presidente. Gritos de ¡fuera fuera!. El toro es un cinqueño de las Monjas. El Presidente lo mantiene sin devolver. Lo torea con temple Moreno pero el animal se resiente. Vuelta al ruedo.»
En fin, y mañana la corrida estrella de la Feria de Íscar en la que se lidiarán toros de Peñajara para Padilla, Jiménez Fortes que entra por Ferrera lesionado, y Diego Silveti. Aquí se lo contaremos.
Fotos: José FERMÍN Rodríguez
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