Seis pinturas echaron esta tarde en Sahagún de la ganadería de Fernando Álvarez de Valdellán, toros con tipo, cuajados, cinqueños, lustrosos pero con las fuerzas a flor de piel. Tanto que en esta ocasión la suerte de varas tan solo existió frente al quinto de la tarde al que pusieron dos veces en el caballo pues todos lo demás hermanos con un picotazo pasaron página, tercio y acometividad.
Triste es que una ganadería brava como ella sola, la de Valdellán, hoy haya mostrado su cara solo como noble, embistiendo sin extraño alguno, despacio, lentamente, siendo sus toros cogidos con alfileres en una labor en la que la mayor parte del encierro flojeó ostensiblemente. No peleó como solía hacerlo en el caballo y ni causó sensación de miedo, ni peligro.
Y bien que siento decir todo esto tras acudir a Sahagún, tierra hospitalaria en donde Miguel Ángel, el excelente miembro de la Agrupación Círculo taurino de la localidad leonesa, nos preparó la acreditación para ver si esta corrida en la que todos habían puesto su ilusión, servía para reinventar una fiesta con cierto empuje torista.
No ha sido así. Y lo siento verdaderamente porque Fernando Álvarez lucha y trabaja por lograr que sus toros sean duros, bravos, fieros, encastados y fuertes. Pero en esta ocasión la decepción en Sahagún ha sido notable. Desconozco si todo es como consecuencia del tremendo calor, del sobrepeso de los ejemplares lidiados o a qué causa se puede achacar que un gran encierro de toros leoneses haya dejado muy bajo el listón de su categoría. Y aunque un grano no hace granero, ayuda al compañero.
Se han lidiado esta tarde seis toros de Valdellán, cuajados, cinqueños, hermosos, bien presentados, nobles todos ellos, pero con las fuerzas justas. Todos ellos fueron picoteados una vez por el caballo excepto el 5º de la tarde de nombre «navarro» al que llevaron dos veces al caballo. Los demás, con un pinchazo pasaron de tercio y de interés. «Grajero» el tercero de la tarde, fue aplaudido en el arrastre. Y «pies de plomo» corrido en cuarto lugar, el mejor del encierro, al que desgraciaron al hacerle topar violentamente contra el burladero, rompiéndose totalmente el pitón izquierdo. Los demás se fueron entre el silencio del interesado público que acudió al tendido de Sahagún.
Los toreros que se enfrentaron a ellos en la corrida fueron Sergio Serrano, silencio y silencio; Fernando Adrián, oreja y oreja y Jesús Colombo, dos orejas y aplausos. Al final del festejo salieron a hombros por la puerta grande Adrián y Colombo entre los aplausos de la agradecida y generosa concurrencia.
«Granuja«, un berrendo hermoso y cuajado que se dio dos volteretones impresionantes quedó mermado para todo el resto de faena. Serrano le dio un lance de rodillas en el tercio y luego en su faena, la labor de enfermero para poder mantener en pie al ejemplar de Valdellán. Lo mejor de su faena la estocada final.
«Cubano«, el segundo de la tarde, otro berrendo lustroso al que Fernando Adrián saludó con el capote entre los aplausos del público, logró cortarle una oreja pese a conseguir una estocada demasiado tendida tras su faena.
A «Grajero«, el tercero de la tarde lo banderilleó el matador Jesús Colombo con cierta gracia y decisión, especialmente en un par conseguido al violín. Este fue el toro mejor de la tarde, al menos para mí, pues se vino arriba en la faena de muleta, tanto por la derecha como con la zurda, Colombo interpretó su toreo rubricado con una estocada entera lo que valió recibir las dos orejas.
«Pies de plomo«, toro al que rompieron el pitón izquierdo en un topetazo contra el burladero, dejaron al animal muy tocado en su acometividad. Sergio Serrano se lo brindó al público y el pasodoble de «Amparito Roca» acompañó su faena que no rubricó con la espada al precisar de varios descabellos para enviar al desolladero al animal.
«Navarro» fue el toro que imponía al salir al ruedo pero sus fuerzas no fueron en consonancia con su extraordinario fenotipo. No obstante acudió dos veces al caballo y se cayó cuando su lidiador le bajaba la mano sometiéndolo. Buena faena de Fernando Adrián, aunque demasiado larga, pero que gustó a los espectadores. Consiguió una estocada entera, con derrame, y fue premiado con una oreja..
Y salió el sexto, el más terciado de todo el encierro, «Torrealta» otro berrendo al que ni se le picó. Colombo estuvo entre los pitones, mostrando la nobleza del ejemplar que iba y venía sin extraño alguno.
En fin. Una corrida en esta ocasión de cierta decepción en la que teníamos puesta la esperanza de ver en valor la suerte de varas, la energía y la bravura encastada de unos toros que en esta ocasión han adolecido de fuerza. Solo los salva la nobleza en las embestidas. Algo así como si fueran «domecq» al uso. Y sin suerte de varas en Sahagún no hay corrida que valga.
FICHA DE LA CORRIDA:
Sahagún . Corrida de su patrón San Juan de Sahagún. Algo más de media plaza con las peñas coloristas animando el tendido.
6 toros de Valdellán, bien presentados, nobles pero flojos y sin fuerza para
Sergio Serrano, silencio y silencio.
Fernando Adrián, oreja y oreja.
Jesús Colombo, dos orejas y aplausos.
REPORTAJE GRÁFICO: José FERMÍN Rodríguez.
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