Dar oportunidad a los chicos que quieren aplicarse en esta profesión difícil de los toros es uno de los objetivos propuestos por el extraordinario empresario y aficionado Tomás Entero que ha traído esta vez a tres jóvenes alumnos de la escuela de Madrid a la inauguración de la feria de Valdemorillo, la cual se desarrolla con extraordinaria animación e inusitada concurrencia de público.
El novillero Alberto López Simón (dos orejas y silencio) se ha proclamado por méritos propios triunfador de la primera de la feria de Valdemorillo, saliendo por la puerta grande tras la lidia a los novillos de Gabriel Rojas que dieron buen juego en general. Los tres alumnos de la Escuela de Tauromaquia de Madrid, Escobar, Juan Duque y el propio Alberto L. Simón estuvieron dispuestos y con ganas para el triunfo. Sin embargo no todas las reses del encierro cumplieron con los novilleros.
El trofeo chimenea de oro, instituido en la localidad madrileña para premiar a quien mejor faena realice ante los astados, está en un tris de irse al esportón de López Simón, evidenciando maneras, aplicación y una personalidad destacable. Mató bien y las dos orejas le hicieron acreedor del triunfo. En el segundo de su lote, que cerraba el festejo, no estuvo acertado con el estoque.
Alberto Escobar( silencio y silencio, con aviso) que abrió plaza y festejo inaugural de esta feria de San Blas y la Candelaria, demostró valor y entrega sobre todo con el eral cerrado en tablas que llegó a achucharle y comprometerle en algunos momentos.
El tercer compañero de la terna Juan Duque ( silencio en ambos y dos avisos) dejó patente que quiere hacer el toreo por abajo. Ante su primero, un buen eral, el novillero alternó pasajes lucidos con otros no tanto y sería al final de la faena cuando se estiró mejor y con más plasticidad.
La terna de novilleros y los novillos de Gabriel Rojas elegidos por la empresa organizadora hicieron pasar un rato muy agradable a los tres cuartos de plaza que se dieron cita en Valdemorillo, en ese coso cubierto donde el sonido de la banda de música se expande por el aire contenido en un altavoz sorprendente y magnífico.
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