Valladolid, la plaza de Valladolid, el coso mudéjar del paseo Zorrilla abrirá sus puertas a una feria de agradecimiento, grandeza y relumbrón sin parangón posible en el tiempo ni en los anales taurinos. Una ciudad despojada por decisión municipal injusta y arbitraria de su título, de su Museo taurino, de su trofeo San Pedro Regalado, acogerá a todos los grandes de la torería actual el domingo día 4 de septiembre como apertura del ciclo: José Tomás; Morante de la Puebla; El Juli; Manzanares y Talavante para empezar la Feria de Nuestra Señora de San Lorenzo en una corrida de toros como homenaje a su compañero malogrado Víctor Barrio y cuyos fondos obtenidos se destinarán para erigir un monumento en bronce al diestro segoviano en su memoria con cariño, detalle, gesto, tributo y admiración.
Aquí la gestión nítida, clara, acertada, profesional, discreta de Antonio García Jiménez, «Toño Matilla», para contratar a José Tomás es de un reconocimiento singular por tantas cosas como Valladolid había perdido. Primero y más importante, el gran homenaje al diestro Víctor Barrio y sin solución de continuidad la Feria vallisoletana con el doblete de todos los toreros citados abarcará desde el día 4 de septiembre hasta después del día 8, día del Patronazgo de Nuestra Señora de San Lorenzo.
Ahora sí que se va a hablar de toros en Valladolid aunque no quieran, no solo los aficionados que mostrarán su orgullo, sino todo el público que podrá ver por dos veces al hito y el icono de la torería actual, José Tomás Román Martín en una feria de San Lorenzo irrepetible e inigualable.
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