El viejo santo patrón de Valladolid y de los toreros, San Pedro Regalado, que cortó, templó y mandó ante un toro bravo en el camino hacia el convento del Abrojo, ya está revestido de luz, color y esperanza para la fiesta de toros de este año en el recinto mudéjar de la Plaza vallisoletana para bendecir los recortes, quiebros y saltos de un espectacular duelo el sábado entre integrantes de la llamada Liga del corte puro y los participantes en el Campeonato de España de este modo torero y taurino eminentemente popular y calarse la montera y el capote de paseo el domingo, día del Señor, por una formidable corrida de toros en la que Castella, Talavante y Roca Rey lidiarán reses de Núñez de Tarifa.
Todo está ya a punto y preparado, limpias y aseadas las piedras y maderas de tendidos, gradas y andanadas, resplandecientes con la luz de mayo y esperando al aficionado que con fe y ganas quiere mostrar su apoyo, su entrega y su dedicación a una fiesta como es la de los toros que ha recuperado ese día formidable, rechazado por algunos políticos interesados, pero con la fe puesta en su santo patrón, el frailuco del Convento de la Aguilera que ha inspirado el milagro, sin duda alguna, que va a hacerse realidad un año más.
Ahora solo queda responder al aficionado, al público, a las personas amantes de sus tradiciones y de sus toros populares, apoyando la unidad y engarce del corte, el quiebro, el salto, la espectacularidad a cuerpo limpio, con el capote y la muleta grácil en el bello movimiento y temple del torero embarcando la embestida de un burel. Porque es ahora, y en esta feria recuperada para el calendario con esfuerzo y dedicación, cuando se precisa más apoyo y asistencia que nunca y que el grito del olé del aficionado resuene con eco y alegría el día de la fiesta de su patrón.
Los cerrojos están a punto de descorrerse. La plaza, nuestra querida plaza de toros de Valladolid, siempre ha sido lugar de acogida y sentido. Es hora de ir a ella este fin de semana a encontrarnos con el vestigio más auténtico y valeroso para contemplar el juego eterno del hombre con el toro. Todos los taurinos, todos cuantos quieran compartir las tardes de toros aquí, tienen su sitio. La Historia taurina de Valladolid, de su emblemático coso, revive con ellos y espera ilusionada.
Y ¡vamos allá que a las seis y media empieza la función!.Fotos: José FERMÍN RODRÍGUEZ/José Carpita
Deja una respuesta