Tres localidades de la provincia vallisoletana ponen en el escaparate tres tercios, tres, dedicados al recorte de toros , en tanto que la principal de ellas, la capital, celebra la llamada final del corte puro.



Por un lado, Laguna de Duero con Tororecorte como organizadora hace de los saltos, quiebros, brincos y malabares su espectáculo del día 8, mientras que la empresa puntera «Toropasión» lleva a Tordesillas el mismo día 4 su exhibición de recortadores, con el protagonismo también el mismo sábado día 3 en el Coso del Paseo de Zorrilla. Por su parte, la Villa de las Ferias, Medina del Campo, sigue con la celebración del Memorial que estuvo dedicado en su tiempo a «Pinturas» y su popular premio y ahora lo llaman»Concurso nacional de cortes» al estilo de Medina del Campo. Este festejo de Medina se celebra el mismo día de San Antolín, 2 de septiembre, patrono de la ciudad.
El toreo completa este inicio de mes septembrino, uno de los más taurinos por naturaleza y celebraciones, con el magno acontecimiento de Valladolid el día 4 en homenaje a Víctor Barrio.
Días intensos donde el toreo de talanquera, popular, se une con el otro, el de montera o profesional, pero con el toro como protagonista. Las lentejuelas y azabaches brillantes de los trajes de luces, con hilos de plata y oro, se juntan con camisetas y pantalones blancos para mostrar a los espectadores una realidad evidente y que no debe separarse nunca en un mismo escenario: El toro a cuerpo gentil y el toreo con capa. Todos son diestros toreros, todos ellos guardan a la Tauromaquia en su corazón. Bien es verdad que cada uno a su manera, en su estilo y con gustos y apetencias diferentes. Así, habrá personas y aficionados entre quienes aprecian más una actividad que otra, pero la conclusión es que las dos Tauromaquias están obligadas a entenderse.
Laguna de Duero, Medina del Campo y Tordesillas, tres poblaciones emblemáticas de la provincia de Valladolid que abren su escaparate de fiestas patronales un año más en el mismo mes que Valladolid, la capital que rindió pleitesía a San Mateo y que, con criterio medioambiental y meteorológico cambió con acierto por la Virgen de los Aguadores, Nuestra Señora de San Lorenzo algo más cercana en el calendario, abren sus puertas festivas a la concurrencia, al juego con el toro y a un tiempo que quieren hacer historia pero que aún renace cada septiembre por estos campos de trigo y amapolas.
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