Se celebró la novillada de la feria tordesillana, con motivo de las fiestas patronales de La Peña, ante dos tercios de plaza, un sol más que de justicia, asfixiante, lidiándose un encierro de Montalvo, con novillos con cuajo, bien presentados, bravos y nobles que entretuvieron la tarde. De nuevo el novillero Víctor Barrio se acreditó en una faena de temple y mando y demostró el por qué se encuentra en la cúspide del escalafón de los novilleros. Terciaban en la terna el torero salmantino Damián Castaño y el vallisoletano Pablo Santana que entró en el cartel en sustitución del lesionado Félix de Castro.
Víctor Barrio salió a hombros de la plaza al cortar dos orejas, una en cada uno de los de Juan Ignacio Pérez-Tabernero que le correspondieron. Especialmente en el quinto su faena fue redonda, y estuvo con lucidez, ganas, brillante, firme y de un temple exquisito. Que luego la tizona no le acompañara, precisando del verduguillo y recibiendo un aviso por alargar su trasteo en exceso y ello porque el muchacho se le veía a gusto y entregado con lo que realizaba a los sones del pasodoble que para él tocó la Banda de música de Tordesillas, eso fue otro cantar. Además lidió muy bien su cuadrilla al de Montalvo, el más bravo junto con el destacable sexto que le tocó a Santana. Barrio lo recibió de rodillas y sacó al medio con unos buenos lances rematados de una grácil media. Al final del trasteo con la muleta, se adornó con manoletinas. Cuando ya tenía en el esportón el triunfo soñado, la espada le jugó una mala pasada, logrando a la tercera, por aquello de ser cuando va la vencida, atronar al animal.
Damián Castaño en su línea de poderío. No acertó con los aceros tampoco, fallando estrepitosamente y propinando al final una estocada atravesada y caída por lo que su labor fue silenciada por el público.
En el cuarto, segundo de su lote, bien lidiado por la cuadrilla, especialmente por David Adalid quien colocó dos importantes pares de banderillas, con gusto y dejándose ver, estuvo encimista especialmente en la última parte de su faena, tocando con sus muslos y alamares la testuz del animal y el desplante final, muy aplaudido. Primero pinchó y luego agarró una estocada traserita y caída que despenó al de Montalvo y el público pidió la oreja con fuerza, que le fue concedida por el presidente de la corrida, en este caso el Alcalde de la Villa, José Antonio González.
Y por último toreó Pablo Santana, un muchacho que tiene planta y está logrando superar el listón de los novilleros con clase. Me agradó sobremanera en el que cerraba corrida. Un toro bravo, encastado y repetidor que fue toreado con maestría. Pablo Santana instrumentó dos series de naturales, algunos de ellos muy logrados y bellos. Pases de trazo templado en el centro del ruedo que fueron aplaudidos por la concurrencia con mucha fuerza.
Si en su primero no había podido estar demasiado aseado, pues dio un sainete con la espada y el descabello hasta que atronó al animal, no fue así en el sexto. Estuvo entregado, en el sitio, y se tiró a matar con fe logrando una estocada hasta la gamuza. Bien es verdad que un pelín trasera por poner un pero, aunque la ejecución del volapié estuvo estupendo y a ley. El toro, enrazado y bravo, se echó herido de muerte, pero cuando el puntillero Ramiro Herrero quiso finiquitar al animal, éste sacando fuerzas de flaqueza se levantó de junto a las tablas y se mantuvo en pie sin que con el descabello estuviera acertado. Incluso en uno de los intentos, el cabezazo del toro produjo que el verduguillo saltara al callejón y a punto estuvo de afeitar en seco a uno de los muchos concurrentes que por él pululaban.
Solo los aplausos cariñosos acompañaron la despedida de Pablo Santana, pero la oreja hubiera caído por buena faena en el esportón del torero de la tierra, de haber acertado con la tizona
En resumen una muy buena novillada de Montalvo, que cumplió con creces el expediente y a la que se enfrentaron tres toreros que demostraron el lugar en el que se encuentran en este momento y la sorpresa de Pablo Santana que brindó a Félix de Castro el último toro en el que puso corazón, gusto y derroche de torería con la mano izquierda, prodigio de temple en algunos de sus pases, con otros algo menos aseados. Acabada la faena con un desplante temerario ante la cara del toro, de rodillas, abriendo la chaquetilla y mostrándole el pecho, recibió la ovación del público tordesillano.
aficionada dice
victor barrio a hombros sin merecer la ultima oreja de la tarde pues mato mal y se le premio con una oreja sin ser merecida
Gonzalo Ramos Aranda dice
VICTOR BARRIO
“Un invidente, en el cielo, velará siempre tu anhelo.”
Mi tinta nunca exagera,
Municipio de Grajera,
vio nacer osado diestro,
expresión del arte nuestro.
Sangre nueva, capotera,
de España su honor, montera,
Valdemorillo de fiesta,
corrida de toros, gesta.
Virgen de La Candelaria,
tu iluminación sea diaria;
Víctor Barrio, quijotesco,
en la lidia, . . . gigantesco.
Hincado inicia faena,
apisonando la arena,
distante “porta gayola”,
faroles, farol, farola.
Suertes de alas pajareras,
pinturerías pasajeras,
fuerte, espigado, delgado,
en el ruedo bien plantado.
Con fe, la ilusión dispuesta,
más su voluntad muy puesta,
muletazos, temple, tiempo,
seguridad, calma, tiento.
Naturales alargados,
suaves pases consumados,
revelada realidad,
virginal su majestad.
Joven, especial, distinto,
tauromaquia . . . laberinto,
mágica, genial faceta,
bordando capa y muleta.
Calidad, sabor a fresco,
erguido, caballeresco,
firme, confiado, valiente,
puso la plaza candente.
En la Feria de San Blas,
triunfó un torero, sin más,
dos orejas bien cortadas,
pasándose las cornadas.
Tranquilidad, don de mando,
la fama se está asomando,
maravillando al tendido,
con el toro se ha entendido.
“Cachondito”, vuelta al ruedo,
despacio, lento, muy quedo,
crianza de Cebada Gago,
encaste digno de un mago.
Ovación, aplausos hondos,
triunfador cargado en hombros,
la Puerta Grande a sus pies,
que jamás tenga traspiés.
Matador, fiel segoviano,
“quien va piano va lontano”,
por hoy, ha sido bastante,
se cumplió sueño importante.
Profesional, responsable,
certerísimo en el sable,
vuelve mañana a tus tientas,
te queremos en “Las Ventas”.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
México, D. F., a 08 de febrero del 2015
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