Llegó, vio y convenció en su pueblo y eso que el dicho expresa que «nadie es profeta en su tierra». Andrés Mazariegos Vázquez, Andrés Vázquez para la historia de la tauromaquia presentó junto con su autor literario, el escritor salmantino y gran aficionado Paco Cañamero su libro «Andrés Vázquez, ¡pasión torera!» en un acto a plaza llena celebrado en el salón de sesiones de la Casa Consistorial de la localidad zamorana.
Mucho público que llenó las sillas del local escuchó, se emocionó, aplaudió, preguntó y animó al torero de su tierra, el Nono, antiguo profesor de la escuela de Madrid durante muchos años y de cuyas manos salieron importantes nombres de la tauromaquia. Y entre ellos el conocido como «caratabla», el más grande de la actualidad. Y detrás de él, Joselito; el Fundi; el Bote… y otros muchos que citó pero que harían demasiado larga la lista. Quede por tanto el apodo por su seriedad, porque no sabes ni lo que piensa ni lo que va a hacer o decir.
En la mesa estuvieron también su amigo Antonio, el fisioterapeuta que puso a tono su preparación física para afrontar el reto de torear con 80 años un toro en la plaza de Zamora; el Presidente Juan Iglesias y el torero Israel Lancho, un torero largo y espigado, valeroso y lleno de emoción, arte y agradecimiento con un gran futuro atesorado en sus muñecas para lidiar los toros. Todo el acto fue presentado por Paco Cañamero quien dio, al final del mismo, la oportunidad a los asistentes de entre el público para intervenir en él.
Andrés Vázquez en uno de los momentos de su emocionada intervención recordando a una persona que le ayudó y que ya ha desaparecido, no pudo continuar, al hacérsele un nudo en la garganta, pero la ovación del respetable fue acorde a sus palabras porque Villalpando, una de las villas zamoranas más taurinas representativas de la provincia, estuvo a tono con la circunstancia que al atardecer de aquel día abrió el alma de uno de sus hijos más significativos. Tanto que allí estaba su baúl con el que recorrió las plazas de América, excepto la de México, con su nombre y en grande, Villalpando (Zamora)-España-, lleno de recuerdos gráficos de momentos de su vida dedicada a los toros.
Con gusto y deleite nos hemos puesto a leer las 198 páginas de que consta esta obra, cuya portada está diseñada por Nacho Navarro y editada por gráficas Varona de Salamanca, dividida en seis capítulos denominados «castellanía«; «el belmontismo«; «la naturalidad»; «la pureza»; «la valentía» y «los recuerdos» y un prólogo de Pío García Escudero. Paco Cañamero lleva ya a las espaldas una ingente obra dedicada a los toros fundamentalmente y ésta última que se ha presentado en Villalpando, el pueblo natal del Nono, supone un hito de un hombre bueno, un viejo torero, que conoce, que sabe, que se expresa y que tiene por bandera la gratitud y la amistad. Enhorabuena, Paco por este trabajo.
Esplanada dice
Un acto muy entrañable para una figura del toreo y ademas muy emotivo porque estaba rodeado de su gente mas cercana,además oir al maestro Andres Vázquez contar sus andanzas siempre es una sorpresa agradable,como lo fué para los que le vimos torear el utrero en la plaza de Zamora,ya va siendo hora de que la historia le trate como tal y sobre todo a Paco Cañamero que ha sabido plasmar su vida en un libro tan bien documentado y con la prosa que le caracteriza