Tras una hora larga desde el anuncio de la suelta del primero de los toros del cajón, apareció el ejemplar de Adolfo Martín, un serio y astifino morlaco que corrió hasta el coso de Medina del Campo como alma que lleva el diablo. El otro, más cerrado de cuerna, pero enterándose de todos cuantos le llamaban, acudió a derrotar en las talanqueras, causando el consabido desasosiego entre cuantos miraban y ocupaban sitios en la calle por donde discurrió la carrera.
Una multitud expectante, especialmente joven, copó todos los sitios habidos y por haber. Público hambriento de toro, de ver y gustar las evoluciones de los morlacos elegidos para conmemorar esta feria de espectáculos taurinos tradicionales que anualmente se celebra en Medina del Campo. Las talanqueras llenas desde una hora antes de la anunciada suelta que se vio inmersa en un descompuesto primer toro, al que se le enjauló en el habitáculo de donde salió por la imposibilidad material de desplazarse hacia los corrales del coso taurino. Era un ejemplar de los hermanos Mayoral quien cogió a un joven participante de Zamora, produciéndole una herida muy seria en la pierna, según las primeras impresiones, al lado del Círculo católico, sitio desde donde colocaron los cajones para la suelta. Los servicios médicos atendieron al joven siendo trasladado al hospital para su intervención quirúrgica.
Mucho tiempo de espera, merced a esta contrariedad del primer toro que no llegó ni a subir unos metros de la calle, plantándose y no subiendo ni con los bueyes que le soltaron para ver si así podía acceder a los toriles, el que tuvieron que aguantar los espectadores y aficionados que ayer acudieron en tropel a Medina del Campo.
En las fotos de Fermín Rodríguez algunos momentos de la tarde de ayer sábado.
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