El morlaco de nombre «manjar» perteneciente a la ganadería de “Albarreal» y de 560 kilos de peso, fue soltado a las once en punto de la mañana tras el disparo de una bomba real con puntualidad inglesa, dando inicio a un festejo taurino popular, tradicional, famoso y único, que volvió a congregar a cientos de aficionados en la localidad.
El toro ha hecho el recorrido hasta el palenque a la velocidad del rayo pues en tan solo ocho minutos se plantó en la zona del pinar de la Vega, sitio en donde la tradición y la costumbre daban razón y sentido a la fiesta. Todo el recorrido ha estado plagado de personas de todas las edades que han contemplado cómo el rito de la lidia del Toro de la Vega es una espectacular fiesta que no deja indiferente a nadie.
«Manjar» ahora será sacrificado en la soledad del matadero sin que pueda defender su vida como tantos y tantos toros llegaron a conseguir ser triunfadores de esa neta raíz antropológica medieval que todos los años celebra la Villa de Tordesillas.
Y el toro, al pasar por una de las pintadas también se une a reivindicar esta singular fiesta taurina, la más antigua existente en España, orgullo de Tordesillas, de los tordesillanos y de quienes creen en la Tauromaquia.
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