Espectacular, emotiva, gratificante y llena de sonidos resultó la tercera y última jornada programada por la Federación taurina de Valladolid en el auditorio de Caja España que registró lleno hasta la bandera, de tal forma que bastantes espectadores tuvieron que seguir el desarrollo de la charla desde el vestíbulo anejo a través del circuito cerrado de televisión. Una mesa amplia, abigarrada y un grupo de músicos dirigidos por el maestro Pablo Toribio Gil interpretaron las melodías tan toreras como resultan ser los pasodobles inmortales que orlan y adornan las faenas los diestros en las tardes de toros. Se dio la circunstancia además de enseñar cómo se escribe un pasodoble, cuáles son sus cadencias y sus ritmos para captar desde la introducción alegre de la composición hasta la sensación trágica y solemne por lo que significa el enfrentamiento de un hombre con un toro y la explosión de alegría y triunfo final en el que acaban estas piezas musicales de primer orden tan incardinadas en la fiesta de los toros.
Dirigió el debate José Ángel Gallego, responsable de la Voz de Rioseco y en la mesa estuvieron los toreros Jorge Manrique, Leandro y José Miguel Pérez «Joselillo»; el novillero Ángel Jiménez, el ganadero Simón Caminero y el compositor Eugenio Gómez además de Justo Berrocal.
La clausura de esta XVIII Semana cultural taurina fue hecha al final del acto por el Director general de política cultural de la Junta de Castilla y León José Ramón Alonso quien actuó en nombre de la Consejera, anunciada, Alicia García Rodríguez.
Sus palabras recogieron el testigo de alguna sugerencia sensata dada por la mesa en aras a mejorar los condicionamientos, y adopción de las medidas políticas para que la fiesta siga teniendo la preponderancia que merece. Por su parte habló también de los logros en este sentido como el de la Biblioteca digital taurina, un ejemplo de buen hacer, consulta para el aficionado y público que desea conocer mejor la fiesta de los toros en sus fondos documentales.
Y por hacer un símil de lo visto y oído esta noche habría que recordar a sus protagonistas: Primeramente Pablo Toribio, al piano, siempre didáctico, ameno y enseñando gustoso la forma de componer y ejecutar un pasodoble; Gorka Cortijo, al violín y Katrina Penman a la flauta travesera. A medida que iba transcurriendo la charla con breves intervenciones de los ponentes, sonaba la música de pasodobles significativos. Uno de ellos pleno de emoción para familia allí presente y que es el que suena en el arranque de todas las corridas de Valladolid, «Carlos Gallego«, compuesto por F. Gómez. El empresario de la plaza de Valladolid, Ángel Gallego, pronunció unas palabras emocionadas y aprovechó para recabar la ayuda y colaboración solidaria con la hija de un torero vallisoletano como es el subalterno «Juanín», cuya hija de pocos años tiene una enfermedad rara.
No le fue a la zaga Jorge Manrique quien también se emocionó al oír el suyo bellamente interpretado por este trío de músicos que ha deleitado la noche, mientras Sonia Villanueva y David Bezos bailaban en el escenario. Tampoco el maestro Leandro dejó de expresar con emoción y sentimiento su estado por lo que estaba oyendo y dijo que le gustaría que sonara de nuevo la música cuando toreara, por ejemplo, en Madrid, aunque desde hace bastantes años esa costumbre no está permitida en la primera plaza del mundo. Joselillo ya muy recuperado y haciendo campo tras la cogida de Zaragoza, declaró estar en constante preparación física y mental para cuando llegue la llamada de la oportunidad.
Luego, con el toreo de salón interpretado por Ángel Jiménez, sonó el pasodoble dedicado a Leandro Marcos de J. Seco y el dedicado a Justo Berrocal compuesto por Eugenio Gómez.
Mucha emoción contenida, alegres sonidos donde no faltó tampoco la chispa, la ironía, la gracia, la verdad en una palabra a cargo de Simón Caminero quien habló de esa tarta que ya no tiene ni pisos y que no comen de ella quienes, como él, trabajan por esos pueblos dando toros. «Mis toros comen como los de Victorino. Y cuando llega el camión de alfalfa o pienso hay que pagarlo. Sin embargo unos tienen precio y otros no«. Habló también de la situación que se ha dado en Sevilla para esta temporada al retirarse de asistir a la feria un grupo de matadores y citó otros varios nombres de diestros que no tienen tanta fama pero que son tanto o más toreros que los selectos.
No hubo pese a la amplitud de personas intervinientes nada de aburrimiento entre los espectadores que aplaudieron en más de una ocasión todas y cada una de las intervenciones de los protagonistas.
En resumen, un acto de clausura brillante y emocional para cerrar con broche de oro la XVIII Semana Cultural taurina de la Federación de Valladolid.
Fotos: José SALVADOR
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