El Bolsín de Zamora concluyó en una tarde apacible y serena al principio pero que fue enfriándose climatológicamente tras dos horas de tienta en una plaza emblemática, hermosa y antigua como la toresana, restaurada muy acertadamente por el consistorio local y la Junta de Castilla y León, poniendo en valor un recinto, una instalación taurina de otra época adaptada a las nuevas circunstancias. Pues bien hoy se celebraba la final del bolsín taurino que programan en la vecina provincia de nuestra Comunidad autónoma. Y para ello se lidiaban reses del encaste vega villar, esas eralas patas blancas, que cuida con esmero, esperanza y cariño el ganadero vallisoletano Luis Antonio Rodríguez «El Taru», más conocido por sus trabajos en esos menesteres de dar toros para las talanqueras en tantos y tantos pueblos, que por el actual de criador de reses bravas con genes de ese encaste casi, casi en trance de desaparición como es el «Vega-Villar». Los animales de origen Justo Nieto fueron con fijeza y entrega en el caballo, aunque flojas de remos adolecieron de fuerza la mitad de las lidiadas; no obstante, resultaron bravas y nobles en su comportamiento ante las telas de los chavales. Las mejores vacas se corrieron en cuarto y quinto lugar, mientras que la regalada sexta resultó noble.
En descargo de la flojera de tres de las reses primeras habría que decir la influencia que tiene la humedad y el agua en las articulaciones y en la consistencia ósea del animal para mantenerse en pie y desplomarse sin fuerza alguna. Tal y como sucede a las personas si viven en un medio excesivamente húmedo, es posible que también surjan entre las reses las artritis y enfermedades reumáticas. El ganado «Vega villar», encaste de los minoritarios fue el elegido por los organizadores para esta final.
Una de ellas prácticamente inútil al derrumbarse estrepitosamente en los primeros compases de la lidia y fallarle las patas traseras, con lo que el ganadero echó una sexta vaca fuera de programa a fin de que los chavales que les tocó la lidia de la floja segunda pudieran mostrar su toreo como el resto de participantes.
«Taru» es un ganadero emocionado con su propio producto que siguió desde el burladero las evoluciones de este tentadero final en el que no faltaron personajes de la talla de Leandro, Abellán, Pablo Santana, De Luisa, Jesús y Ramiro Herrero, David Adalid, Luis Manuel García, Carlos Martín Santoyo, LuisMiguel Rodríguez, Julián Guerra, Herminio Jiménez, Pascual Mezquita, el diputado José Luis Prieto, el alcalde de Fuentesaúco Gaspar Corrales, el doctor Nabil al Chaib… y un sin fin de aficionados, miembros de la organización y otras personas que acudieron al graderío de la plaza de toros de Toro para ver torear a esta decena de muchachos que se han encaramado en la cresta de los participantes de este bolsín: Adrián Velasco de Elche; Adrien Pierre de Arganda; Alejandro Fermín Sanchez de Cáceres; Alejandro Gardel de Pinto; Cristian Canano de Salamanca; Diogo Marques de Portugal; Indalecio Sauquillo de Cuenca; Iván González de Salamanca; Jesús Alvarez de Camas y Miguel Ángel Pacheco de Cádiz.
Los organizadores que han agradecido la colaboración prestada por las Instituciones y casas comerciales como el Hotel María de Molina de Toro y al picador Javier Bastida que cumplió bien en su cometido, tienen por costumbre no facilitar el nombre del ganador hasta el día siguiente.
Nuestro compañero y amigo JOSÉ FERMÍN RODRÍGUEZ es el autor de las fotografías que ilustran el comentario.
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