Y eso que se puso el cartel de no hay billetes, con un público que abarrotó esperanzado el magnífico cartel anunciador donde Morante, el Juli y Emilio de Justo componían la soberana terna del paseíllo.
De nuevo la decepción por culpa del juego de los toros. Las ganas, como el valor en las viejas cartillas militares, se suponen pero las circunstancias mandan y obligan.
Zalduendo, una de las antiguas ganaderías españolas en origen, no ha dado con la tecla de la bravura y la fiereza sino que sigue postrada en su escasa acometividad, fuerza y casta.
Y una entrada de tendido que costaba como mínimo 65 euros de vellón no merece que ofrezca tan poco espectáculo al espectador, ese personaje anhelante que está esperando como agua de mayo que vuelvan los toros a la normalidad.
Plaza de toros de Olivenza, Badajoz. Tercera de la Feria del toro. Corrida de toros. Lleno de No Hay Billetes.
Toros de Zalduendo, flojos y descastados.
Morante de la Puebla, silencio y ovación.
El Juli, oreja y ovación.
Emilio de Justo, ovación y silencio.
Fotos: ALFONSO PLANO/Cultoro.
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